Rodrigo Díaz M.
El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, y el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, se reunieron cara a cara hoy por la mañana en el inicio de la Cumbre de Líderes de América del Norte.
Se trata de la primera reunión bilateral formal entre Biden y Trudeau, dos de los tres mandatarios norteamericanos denominados “Tres Amigos”, desde la Cumbre de las Américas celebrada en junio.
Al igual que en la reunión de líderes hemisféricos del año pasado, la agenda de Biden estuvo dominada por la crisis migratoria en la frontera entre Estados Unidos y México.
Por eso, la reunión será la mejor oportunidad que tendrá Trudeau esta semana para presionar a Biden sobre cuestiones que preocupan específicamente a Canadá.
Ambos hablaron de varios temas, desde las persistentes disputas comerciales sobre los mercados lácteos y el sector automovilístico hasta el controvertido programa de viajeros de confianza conocido como Nexus.
Pero para Canadá, el principal objetivo económico de la cumbre será asegurarse de que Biden, un firme defensor de una política nacional proteccionista y favorable a los trabajadores, ve a Canadá como verdaderos socios y colaboradores.
“El gobierno mexicano, y yo y mi gobierno en Canadá, trabajamos muy, muy duro para intentar convencer a la administración estadounidense de entonces de lo importante que era el comercio con amigos, las cadenas de suministro integradas, las asociaciones fiables y un enfoque continental para crear oportunidades para nuestros ciudadanos”, expresó Trudeau.
Estados Unidos argumenta que el mercado lácteo canadiense, gestionado por la oferta, niega a los productores estadounidenses un acceso justo a los clientes al norte de la frontera. Estados Unidos también afirma que México favorece injustamente a los proveedores nacionales de energía. Y tanto México como Canadá afirman que Estados Unidos no está jugando limpio a la hora de definir el contenido extranjero en sus cadenas de suministro automovilístico.
México también se encuentra bajo presión para llegar a un acuerdo con Estados Unidos sobre el plan del presidente Andrés Manuel López Obrador de prohibir las importaciones de maíz modificado genéticamente y del herbicida glifosato, un decreto que ha enfurecido a los agricultores estadounidenses.
Luego está Buy American, la antigua doctrina estadounidense, políticamente popular, de preferir a los proveedores nacionales antes que a los de los aliados más cercanos.
Puede que Canadá haya evitado la catástrofe cuando el año pasado se modificaron los créditos fiscales para vehículos eléctricos propuestos por Biden para incluir a los fabricantes norteamericanos, pero el presidente sigue sin perder la oportunidad de promocionar las cadenas de suministro “made in America”.
Aunque será un tema muy importante durante la cumbre, la frontera entre Estados Unidos y México no será la única frontera exterior en el orden del día: los defensores esperan que se avance en la disputa sobre el programa de viajeros de confianza entre Canadá y Estados Unidos conocido como Nexus.
La mayoría de los centros de inscripción Nexus de Canadá permanecen cerrados porque los agentes de la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos que trabajan en ellos quieren las mismas protecciones legales que sus colegas obtienen en la frontera, una concesión que el gobierno federal no ha estado dispuesto a conceder hasta ahora.
Hay grandes esperanzas de que un proyecto piloto en dos puntos de entrada de Ontario se extienda a todo el país para evitar el estancamiento y reducir la acumulación de solicitudes.