Nuestros años dorados pueden ser la mejor época de nuestras vidas, pero su cuerpo puede necesitar un poco más de cuidados que en años pasados. Independientemente de lo joven que se sienta en el fondo, hay enfermedades que son más comunes a una edad avanzada.
He aquí tres afecciones a tener en cuenta que pueden afectar significativamente a los adultos mayores:
Herpes zóster
El herpes zóster, normalmente conocido como culebrilla, está causado por el mismo virus que provoca la varicela. Si usted tuvo varicela en el pasado, el virus permanece latente en su cuerpo y puede reactivarse más tarde en la vida como culebrilla. El herpes zóster suele manifestarse como una dolorosa erupción o ampollas que pueden durar semanas y provocar dolores nerviosos que duran meses o incluso años.
El tratamiento puede tener efectos limitados, pero el herpes zóster puede prevenirse. El Comité Consultivo Nacional de Inmunización y el Comité sur l’immunisation du Québec (CIQ) recomiendan la vacunación a partir de los 50 años para prevenir el herpes zóster. El CIQ también recomienda la vacunación a las personas inmunodeprimidas a partir de los 18 años.
Virus respiratorio sincitial (VRS)
El VRS es un virus común y muy contagioso que afecta a los pulmones y las vías respiratorias. Aunque suele asociarse a lactantes y niños pequeños, los adultos a partir de 60 años también corren un mayor riesgo de infección grave por VRS.
La disminución natural de la función inmunitaria a medida que envejecemos hace que los adultos mayores sean más vulnerables a las infecciones y complicaciones de salud, incluido el VSR. Además, la inmunidad contra el VRS es de corta duración, por lo que se puede volver a contraer aunque ya se haya padecido. Vacunarse, lavarse las manos con frecuencia, desinfectar las superficies cercanas y evitar pasar tiempo cerca de alguien enfermo son algunas medidas para evitar contraer el virus.
Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)
La EPOC es una enfermedad pulmonar que incluye la bronquitis crónica o el enfisema. Provoca un estrechamiento de las vías respiratorias y puede progresar lentamente a lo largo de varios años. Suele diagnosticarse a partir de los 40 años, y muchas personas no se dan cuenta de que la padecen.
Los síntomas pueden ser tos de más de tres meses de duración, sibilancias o silbidos al respirar, resfriados de larga duración y falta de aliento durante las actividades cotidianas. Quienes padecen esta enfermedad también tienen mayor riesgo de desarrollar afecciones cardiacas, diabetes y baja densidad ósea. La buena noticia es que la EPOC puede controlarse con tratamiento.
-News Canada