Por Alexander Terrazas
Canadá todavía sigue de luto. Han pasado días y semanas del fatal accidente entre el autobús del equipo de hockey junior de los Broncos de Humboldt y el semirremolque, pero aquella tragedia aún mantiene conmocionados y sumidos en un profundo dolor a los canadienses. Ya son dieciséis las personas que murieron después de la colisión, la mayoría de ellas lamentablemente eran jóvenes, entre 16 y 21 años de edad, con un enorme futuro en la vida.
Se habla de la peor tragedia registrada en lo que va del 2018 y de los últimos años en el vasto territorio canadiense. Según el informe que manejan las autoridades policiales, el accidente sucedió la fatídica tarde del viernes 6 de abril, cuando el equipo de hockey junior de los Broncos de Humboldt, Saskatchewan, estaba en camino a un juego de postemporada en Nipawin. Veintinueve personas estaban a bordo del autobús, que fue siniestrado en la intersección de la autopista 35 y la autopista 335, a unos 300 kilómetros al norte de Regina.
A juzgar por el reporte de tránsito, el autobús colisionó con el semirremolque que arrastraba turba; ambos vehículos fueron borrados por el impacto. El conductor del tráiler, que trabajaba para una compañía con sede en Calgary , resultó ileso y recibió asistencia de salud mental después del choque. Del autobús, 16 jóvenes fallecieron y otros 13 quedaron heridos después del accidente, entre ellos jugadores, personal de cuerpo técnico, médico y socios del equipo; el número de muertos aumentó el pasado miércoles después de que Dayna Brons, el therapost atlética de los Broncos de Humboldt, murió .
Tras el sentido suceso, la pregunta de rigor es ¿Cuál fue la causa del accidente? Hasta el cierre de este despacho (15 de abril), todavía no se ha podido establecer con exactitud las causas del accidente y la Policía Canadiense continúa con las investigaciones, pese a que ya hay un informe preliminar. Lo que sí se ha establecido con notable claridad es la localización de la ‘intersección de la muerte’, apodada también la esquina de Armley donde ocurrió la lamentable tragedia. Dicha intersección, según reportes policiales, ha sido el escenario de otro hecho fatal antes: en el verano de 1997, cuando una pareja, sus tres hijas y un pariente murieron en un accidente allí. Ahora, se dice que cuando el autobús de los Broncos pasó por la intersección hacia el norte en la autopista 35, hubiera tenido el derecho de paso, y el semirremolque, rumbo al oeste, tendría una señal de pare; sin embargo, no fue así, e inevitablemente sucedió la tragedia.
Estos hechos que hablan por sí solos constituyen un marco histórico que ayuda a entender, aunque no a aceptar, la dolorosa pérdida de seres humanos. Es por eso que, una vez conocido el suceso, los canadienses se unieron en una sola voz para acompañar el dolor de los familiares de las víctimas y también para ayudar económicamente a través de una masiva campaña de recolección de fondos. Por otra parte, el primer ministro Justin Trudeau expresó sus condolencias y tuvo el gesto de acompañar personalmente los actos fúnebres. Y desde la distancia, altos dignatarios de Estados y líderes mundiales expresaron su solidaridad con Canadá por la tragedia, entre ellos el Papa Francisco, el presidente de Estados Unidos Donald Trump y la familia Real de Inglaterra, entre otros.
Desde esta columna editorial nos adherimos a este dolor tan amplio y profundo que siente Canadá. Las familias directamente afectadas perdieron más de lo que se puede poner en palabras en esta columna de opinión. Nuestros corazones también se rompen por ellos. Nosotros también lloramos lo mejor que tiene este país: los canadienses que todos los días dedican parte de su vida a su deporte ‘rey’, el hockey, que menudo los une en momentos de alegría nacional, pero que ahora también los une en el más profundo dolor. Que Dios les otorgue un descanso eterno a los que se fueron, que les de consuelo a las familias dolientes y que nos libre a todos de una nueva desgracia. Que así sea!
Periodista y escritor