Rodrigo Díaz M.
Las escuelas públicas y varios centros sanitarios clave deberán establecer políticas de vacunación contra el COVID-19 para su personal en las próximas semanas, según informó hoy el gobierno de Ontario, en un momento en que la provincia atraviesa la cuarta ola de la pandemia.
El gobierno dijo en un comunicado de prensa que las políticas de vacunación obligatoria son necesarias para ayudar a combatir la propagación de la variante Delta altamente infecciosa a medida que se acerca el otoño.
En ese sentido y por el momento, Ontario se mantendrá en la tercera fase del plan de reapertura en lugar de seguir levantando las restricciones restantes y las medidas de seguridad en los lugares de trabajo a pesar de haber superado los objetivos de vacunación necesarios para seguir adelante. También ofrecerá vacunas de refuerzo a determinadas poblaciones vulnerables y ampliará la posibilidad de vacunación a los niños de 11 años que cumplan los 12 durante el 2021.
El Dr. Kieran Moore, director médico de salud de Ontario, anunció las nuevas medidas en una conferencia de prensa celebrada esta tarde en Toronto.
“Nos estamos preparando de forma agresiva para el otoño. Lamento decir que creo que va a ser un final de año difícil”, dijo.
Moore aludió a la posibilidad de adoptar otras medidas de inmunización más adelante en el año, en caso de ser necesarias, pero no dio más detalles.
Ya se ha emitido una directiva a los hospitales y a los proveedores de servicios comunitarios y de atención domiciliaria para que tengan una política estricta antes del 7 de septiembre para todos los empleados, personal, contratistas, estudiantes y voluntarios. Los servicios de ambulancia también deberán contar con políticas para los paramédicos.
La directiva no hará que las vacunas sean obligatorias, pero los que rechacen las vacunas tendrán que someterse a pruebas periódicas de detección del virus. La política es similar a la que ya se aplica en las residencias de cuidados a largo plazo de la provincia.
El personal de los centros sanitarios tendrá que presentar una prueba de inmunización contra el COVID-19 o una razón médica para no vacunarse. Los que no se vacunen tendrán que asistir a una sesión de formación sobre las vacunas contra el COVID-19 y se someterán a pruebas rutinarias de detección del virus antes de acudir al trabajo.
Algunos hospitales de Ontario, como la University Health Network de Toronto, ya han introducido políticas de vacunación del personal en la misma línea que los planes del gobierno.
Por su parte, el Ministerio de educación dijo que tiene la intención de aplicar una política de divulgación del estado de vacunación para los empleados de las juntas escolares financiadas con fondos públicos, así
Moore también dijo que está en conversaciones con el ministerio de educación para debatir una política de inmunización para los estudiantes en la que los padres informen del estado de vacunación de sus hijos, para que las unidades de salud pública puedan hacer un seguimiento en caso de posibles brotes.
Aquellos que no estén vacunados contra la enfermedad deberán someterse a frecuentes pruebas rápidas de antígenos.
Las pruebas rápidas se requerirán al menos una vez a la semana y podrían aumentar a dos o tres veces por semana.
La provincia también anunció que ampliará la elegibilidad para la vacuna de Pfizer a todos los jóvenes que cumplan 12 años durante el 2021, citando los ejemplos de Alberta y British Columbia, que tomaron la misma medida hace varios meses y no identificaron riesgos asociados. Además, Ontario empezará a ofrecer terceras dosis de la vacuna contra el COVID-19 a determinados grupos de población vulnerables, como los receptores de trasplantes, los que reciben tratamiento activo para cánceres hematológicos y las personas que toman medicamentos específicos denominados agentes anti-CD20. Estos grupos pueden recibir una tercera dosis al menos ocho semanas después de su segunda inyección.