La ciudad esta pensando si cobrar peajes en la Don Valley Parkway y en la Gardiner Expressway.
Rodrigo Díaz M.
Toronto está considerando una vez más la posibilidad de imponer peajes en las dos principales autopistas de entrada y salida de la ciudad al norte y al oeste, y el concejal del distrito 6 de York Centre, James Pasternack, presentó esa moción ayer en una reunión del consejo de la ciudad.
Pasternack propuso que la ciudad se dirigiera al gobierno provincial para determinar si estaría abierta a prestar las aprobaciones reglamentarias y estatutarias necesarias para que Toronto siguiera adelante con la adición de peajes a la Gardiner Expressway y a la Don Valley Parkway, que denominó “tasa de usuario” para los conductores, con el objetivo de que sirviera como una nueva fuente de ingresos y ayudara a la ciudad a recuperarse del actual déficit.
“Un peaje de 4 dólares dará como resultado unos 275 millones de dólares al año para la ciudad”, dijo a sus colegas concejales en la reunión virtual.
La opción ha sido discutida en el pasado, y apoyada por el alcalde John Tory, y el consejo aprobó parcialmente seguir adelante con la idea a finales de 2016, con el objetivo de utilizar el dinero de los peajes para mantener las carreteras en buen estado y para ayudar a financiar algunos servicios como la TTC. Esto nunca llego a completarse en su totalidad.
Un efecto secundario intencional sería que los peajes alienten a los conductores a utilizar otros métodos de transporte más ecológicos, reduciendo la congestión del tráfico y beneficiando al medio ambiente.
La moción fue rechazada por la entonces premier de Ontario Kathleen Wynne, quien dijo que en su lugar apoyaría un aumento en el costo de la gasolina, en parte porque pensaba que las nuevas tarifas en las vías públicas habrían llevado a un aumento inmanejable del número de pasajeros en el transporte público local.
Otras preocupaciones, como que los peajes resulten ser una barrera para la gente que quiere venir a la ciudad desde los distritos circundantes, fueron planteadas en la reunión de ayer otros por concejales.
Aunque detalles como la estructura de precios nunca se confirmaron cuando casi se hicieron realidad en 2016, se habría cobrado un peaje de 1,40 dólares en ese momento para cubrir los costos de infraestructura.
Pasternack propone un peaje de 4 o 2 dólares, aunque esto se decidiría en una fecha posterior. Si los peajes se hubieran aprobado en 2016, no se habrían puesto en marcha hasta tres años más tarde, lo que significa que, si se aprueban esta vez, todavía pasarán años antes de que los conductores se vean afectados por la medida.