Un nuevo informe encargado por la Junta de Servicios Policiales de Toronto encendió las alarmas sobre la pérdida de confianza tanto dentro del cuerpo policial como entre la ciudadanía. El documento, basado en más de mil consultas realizadas entre 2015 y 2023 con agentes, personal civil y miembros de la comunidad, busca orientar el futuro de la institución y establecer un plan estratégico obligatorio bajo la nueva Community Safety Policing Act.
Según la presidenta de la junta y concejala del distrito 17, Shelley Carroll, el informe refleja que persisten preocupaciones sobre los sesgos en el trabajo policial y la necesidad de fortalecer la transparencia y la rendición de cuentas.
El estudio señala una creciente desconfianza hacia la policía, especialmente en comunidades negras, inmigrantes, indígenas y LGBTQ+, que reportan sentirse desconectadas de los agentes en terreno. Internamente, los propios miembros del servicio describen un entorno laboral tóxico, con liderazgo poco claro y prácticas de recursos humanos percibidas como injustas y desmotivadoras.
El presidente de la Asociación Policial de Toronto, Clayton Campbell, reconoció que los resultados no son sorprendentes y aseguró que servirán de base para crear un plan con mecanismos reales de seguimiento y responsabilidad para los altos mandos.
Por su parte, el jefe de policía Myron Demkiw afirmó que ya se están tomando medidas para abordar los problemas señalados y subrayó la importancia de escuchar a las comunidades y al personal para construir soluciones conjuntas. Carroll añadió que el próximo plan estratégico deberá incluir compromisos concretos y medibles, con mecanismos claros para evaluar los avances y resultados.
Se espera que la Junta de Servicios Policiales revise y apruebe el nuevo plan en la primavera de 2026.














