De nuestra redacción
TORONTO. La estafa comienza con una llamada telefónica a la línea fija de una posible víctima. La persona que llama pretende ser el empleado de una tienda, y dice estar contactando a la víctima para informarle que su tarjeta de crédito está siendo utilizada para una compra fraudulenta.
La persona que llama le pide a la víctima que se comunique con el 911 o con su institución financiera, para alertarlos sobre el intento de fraude.
El estafador supuestamente cuelga el teléfono, pero en realidad se mantiene en la línea. Así, la víctima marca y cree que ha llamado al 911 o a su banco, cuando en realidad todavía está en la línea con otro estafador que se hace pasar como policía o como investigador bancario.
Este le recomienda a la víctima que transfiera el dinero a una cuenta bancaria específica e independiente para poder protegerlo durante la “investigación”.
“Ese es el esquema genérico, pero hay variaciones”, dijo el detective Ian Nichol, de la unidad de delitos financieros del Servicio de Policía de Toronto.
Explicó que cuando la víctima llama al que supuestamente es el número de su banco, los delincuentes le hacen preguntas de seguridad como por ejemplo el apellido de soltera de su madre, la fecha de nacimiento y el número de tarjeta de crédito, incluido el código de seguridad de tres dígitos que se encuentra en la parte posterior de las tarjetas de crédito. Cuando la persona brinda esta información, se puede decir que prácticamente ya está hecha la estafa.
El investigador policial explicó que, si bien hay variaciones entre los distintos proveedores telefónicos, a menudo hay un tiempo de retraso entre el colgar y cuando una llamada efectivamente se desconecta. Este periodo puede oscilar entre 13 y 25 segundos, y es este retraso lo que permite que los estafadores permanezcan en la línea mientras la víctima hace una llamada rápida y en pánico para tratar de proteger su dinero.
Nichol dijo que algunas víctimas informaron haber escuchado un tono de marcado antes de pulsar los números de su banco, lo que contribuyó a su creencia de que la llamada que estaban haciendo era legítima.
Una parte clave de la estafa es que los malhechores convencen a las víctimas de que el secreto es primordial para obtener una investigación exitosa, dijo Nichol. Y en algunos casos los estafadores se han comunicado con las víctimas a lo largo de varios días y en múltiples llamadas.
Además, usan una técnica conocida como “llamada para suplantación de identidad” para ocultar su número telefónico, una tecnología de fácil adquisición que hace que las llamadas de los perpetradores parezcan ser de fuentes acreditadas en la pantalla de llamadas de la víctima.
Nichol dijo que la estructura de la estafa es “bastante nueva” para los investigadores, y que la cantidad de dinero que ya han robado a las víctimas es “muy alta” para un “fraude de tipo de marketing masivo”. Desafortunadamente para las víctimas, la posibilidad de recuperar su dinero perdido “generalmente no es realista en este tipo de investigaciones”.