Rodrigo Díaz M.
El conflicto de casi un año de duración entre las fuerzas militares y paramilitares de Sudán ha puesto a la nación africana en vías de convertirse en la peor crisis de hambruna del mundo, con una desnutrición galopante que ya se está cobrando la vida de niños, advirtió la oficina humanitaria de la ONU.
Edem Wosornu, director de operaciones humanitarias, declaró ante el Consejo de Seguridad de la ONU que ya un tercio de la población sudanesa (unos 18 millones de personas) se enfrenta a una grave inseguridad alimentaria, y que en algunas zonas de la región occidental de Darfur podrían alcanzarse niveles de hambre catastróficos cuando llegue “la temporada de escasez” en mayo.
“Una evaluación reciente reveló que en el campamento de Zamzam, en El Fasher, Darfur septentrional, muere un niño cada dos horas”, dijo. “Nuestros socios humanitarios calculan que, en las próximas semanas y meses, alrededor de 222 mil niños podrían morir de desnutrición”.
Wosornu calificó la desgarradora situación de violencia, en la que se han producido atroces relatos de ataques por motivos étnicos, violencia sexual, incluidas violaciones en grupo, y ataques indiscriminados en zonas densamente pobladas, como “una pesadilla”.
Con la atención mundial centrada ahora en la guerra entre Israel y Hamás en Gaza y, en menor medida, en la guerra de Ucrania, lamentó que “en Sudán se está produciendo una parodia humanitaria bajo un velo de desatención e inacción internacional”.
Sudán se sumió en el caos el pasado abril, cuando las tensiones entre el ejército dirigido por el general Abdel Fattah Burhan y las fuerzas paramilitares de Apoyo Rápido comandadas por Mohammed Hamdan Dagalo estallaron en enfrentamientos callejeros en la capital, Jartum.
Los combates se extendieron rápidamente a otras partes del país, especialmente a las zonas urbanas, pero en Darfur adoptaron una forma diferente, con brutales ataques de las Fuerzas de Apoyo Rápido, dominadas por árabes, contra civiles de etnia africana. Miles de personas han muerto.
Wosornu afirmó que no ha habido tregua en los encarnizados combates en Jartum, Darfur y Kordofán, donde vive el 90% de las personas que se enfrentan a niveles de emergencia por inseguridad alimentaria.
En estas circunstancias, la entrega de ayuda humanitaria debería ser un salvavidas, dijo Wosornu, pero el llamamiento de la ONU de 2.7 billones de dólares para Sudán está financiado en menos de un 5%: sólo se han recibido 131 millones de dólares.