Por Oscar Vigil
TORONTO.
Una investigación periodística reveló recientemente que la tasa de aceptación de solicitantes de refugio en Canadá es la más alta en 27 años, es decir que Canadá está aceptando a la mayoría de los solicitantes de refugio que llegan. La tasa de aceptación aumentó al 70 por ciento en los primeros nueve meses de 2017, frente al 44 por ciento en el año 2013. La última vez que la tasa de aceptación fue tan alta fue en 1991.
Estos niveles altos de aceptación tienen varias explicaciones, plantean los expertos, como por ejemplo el hecho de que el año pasado las audiencias de refugio se estuvieron desarrollando, en general, a los 45 – 60 días del arribo de los solicitantes a Canadá, por lo que las razones de la huida de las personas de sus países de origen estuvieron más frescas y por lo tanto los jueces de la Junta de Inmigración y Refugio pudieron ser más flexibles con los solicitantes.
Sin embargo, más allá de estas razones, los conocedores del tema plantean que estos números podrían convertirse en un factor que motive un eventual incremento en las solicitudes de refugio en Canadá, y particularmente de los centenares de miles de personas que actualmente viven bajo estados de protección temporal en los Estados Unidos y que una vez lo pierdan podrían dirigir sus pasos hacia el norte.
Alejandro Segura, trabajador comunitario especializado en temas de inmigración y refugio, dice que hasta el momento no se podría decir que ya comenzaron a llegar todos los potenciales solicitantes de refugio que se considera podrían venir a Canadá como producto de la eliminación de los TPS y eventualmente del DACA en los Estados Unidos, pero atribuye esta situación al clima en esta época del año.
“Presumo que no lo han hecho de pronto por el invierno, pienso que algunos todavía están esperando que la situación del clima cambie y en cuando eso suceda comiencen a generarse grupos a cruzar la frontera, y a partir de ahí ver cuál va a ser lo que pase con estos primeros grupos. Hay una incertidumbre de saber qué es lo que va a pasar, pero lo que va a pasar es lo que pasó con los haitianos, se les va a dar la posibilidad de aplicar a refugio con todo lo que eso signifique, y van a tener la suerte de ir a una audiencia de refugio”, explica.
Segura dice que los 86,180 hondureños que están bajo la protección del TPS quedarán indocumentados en los Estados Unidos a partir del mes de Julio de este año, y que, aunque se espera el anuncio de una posible extensión en marzo del 2018, eso no es nada seguro. Los 5,350 nicaragüenses con TPS quedarán desprotegidos el 5 de enero del 2019, y los 58,700 haitianos el 22 de julio del 2019 (a este grupo hay que restarle los 6,869 casos de refugio referidos al IRB -Immigration and Refugee Board- luego de haber cruzado irregularmente frontera a Canadá en el 2017, por lo que habrían 51,831 todavía bajo el TPS).
El TPS para los 263,280 salvadoreños termina el 9 de setiembre del 2019.
Con relación al DACA (Deferred Action for Childhood Arrivals) habría 884,661 registrados en el programa al final del 2017, y los cinco países con más afectados serían México (689,235), El Salvador (33,787), Guatemala (21,837), Honduras (21,107) y Perú (11,061).
“En Setiembre 5, 2017 Trump anunció la reducción progresiva de DACA, permitiendo al Congreso americano pasar la llamada Dream Act bill hasta marzo del 2018. Luego de esa fecha es incierta la situación de los DREAMers (aquellos recibiendo DACA)”, explica Segura.
En este contexto, “si muchos vienen al país con una solicitud de refugio, lo que va a causar es que se congestione más aun de lo congestionado que está el sistema de refugio. Si anteriormente las audiencias de refugio se realizaban en 45-60 días y al día de hoy se están realizando en dos años, ciertamente eso va a cogestionar el sistema de refugio y las audiencias van a tardar muchos años, y evidentemente hará impacto en otros servicios sociales”, acota.
En este sentido, dice que si el gobierno canadiense evalúa mejor las cosas puede ver que el relajar las medidas del permiso de estudio y de trabajo para las personas que están actualmente bajo el TPS y el DACA en los Estados Unidos, seria de mucho beneficio, que es precisamente la propuesta que presentó hace un par de semanas una coalición de organizaciones hispano-latinoamericanas.
“La propuesta es bastante interesante, ha tomado tres aspectos de lo que es el programa económico, que tiene que ver con el Federal Skilled Workers Program; la segunda opción trabaja con el permiso de trabajo y de estudio (como estudiantes internacionales y trabajadores extranjeros0; y la tercera es una mixtura, es un programa de patrocinio sobre razones humanitarias por miembros de familia que no son necesariamente cercanos”, explica.
Así, enfatiza que, si verdaderamente hay la voluntad en el gobierno canadiense de relajar los requisitos de estos programas, esta es la vía para que las personas no lleguen masivamente a pedir refugio o se queden indocumentadas en Canadá, sino que, al contrario, puedan obtener la documentación necesaria y el estatus de una forma ordenada para quedarse de manera permanente en Canadá.