Más del 60% cree que la vacuna contra el COVID-19 no debería ser obligatoria.
Rodrigo Díaz M.
Una nueva encuesta sugiere que el número de personas que se oponen a la idea de que la vacuna contra el COVID-19 sea obligatoria está creciendo.
La última encuesta de Leger y la Asociación de Estudios Canadienses se produce en un momento en que los gobiernos y los científicos de todo el mundo están luchando por encontrar una vacuna y en el que el gobierno federal ya ha firmado varios acuerdos con empresas farmacéuticas para comprar millones de dosis de sus prototipos de vacunas si resultan ser seguras y eficaces, por temor a que se produzca una escasez mundial de medicamentos.
La encuesta online se realizó del 9 al 11 de octubre y en ella participaron 1.539 adultos.
Si bien la mayoría de los participantes en encuestas anteriores habían dicho que estaban a favor de que el gobierno exigiera que las personas se vacunaran una vez descubierta la vacuna, en la nueva encuesta se comprobó que ya no era así.
Sólo el 39% de los encuestados opinó que la vacunación debería ser obligatoria, lo que supone un descenso de 18 puntos porcentuales con respecto a una encuesta similar realizada en julio y más de 20 puntos menos que en mayo.
En cambio, el 54% de los encuestados dijo que la vacuna debería ser voluntaria, lo que supone un aumento de 11 puntos porcentuales con respecto a julio y de 15 puntos desde mayo. El 6% de los encuestados dijeron que no estaban seguros.
El porcentaje de encuestados que dijeron que recibirían una vacuna gratuita tan pronto como estuviera disponible sigue siendo relativamente alto. El 63% dijo que aceptaría esa oferta, siete puntos menos que en julio. Otro 17% dijo que no lo haría, lo que supone un aumento de tres puntos, mientras que el 20% estaba indeciso.
La encuesta no explica el porqué del descenso en el apoyo a las vacunas obligatorias, pero una encuesta de Estadísticas de Canadá en agosto encontró que algunas personas están preocupadas por la seguridad y los posibles efectos secundarios de la vacuna COVID-19.
El gobierno federal y los funcionarios de salud pública han insistido en que, aunque han reducido los procesos burocráticos para poder acelerar la aprobación de una nueva vacuna contra el COVID-19, no escatimarán en cuanto a los requisitos de seguridad mínimos.
La encuesta mostró una división aún más aguda sobre si se debería poder pagar para obtener una vacuna más rápidamente, ya que el 37% está de acuerdo con la idea, el 50% se opone y el 13% no estaba seguro.
Además, sólo el 59% de los encuestados dijo que probablemente recibiría la vacuna antigripal gratuita este año, a pesar de que las autoridades de salud pública animan a todo el mundo a hacerlo. El 36% dijo que probablemente no se vacunaría contra la gripe.
A pesar de cualquier recelo sobre la vacuna COVID-19, hubo un apoyo bastante amplio a la idea de poner las vacunas a disposición de ciertos grupos prioritarios, como los trabajadores de la salud, los ancianos y los trabajadores de los centros de atención a largo plazo, siempre que estén disponibles.