Rodrigo Díaz M.
El gobierno mexicano trabaja a marchas forzadas para hacer los deberes antes del 20 de enero, fecha en la que Donald Trump tomará posesión como presidente de Estados Unidos. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha anticipado los elementos de la relación bilateral que podrían representar un dolor de cabeza para su administración.
En las últimas semanas, funcionarios mexicanos han estado trabajando a marchas forzadas en tres sectores específicos: depurar las agencias aduanales, reforzar los consulados mexicanos en territorio estadounidense y tomar medidas enérgicas contra el tráfico ilegal de fentanilo. Estos tres temas han demostrado ser históricamente los más sensibles para el gobierno estadounidense, independientemente de su orientación política.
La migración ha sido uno de los temas principales de la campaña presidencial de Donald Trump. Su rechazo frontal a la integración migratoria ha puesto inevitablemente el foco en México. Trump ha asegurado que emprenderá deportaciones masivas en cuanto tome posesión, a pesar de que ambos países han invertido esfuerzos para reducir los cruces ilegales y buscan alternativas para la migración en diversos territorios de América Latina.
Ante esta amenaza, la secretaría de relaciones exteriores ha comenzado a reforzar sus 50 consulados en Estados Unidos. La red consular más grande del mundo está preparada para brindar asistencia legal a miles de mexicanos, si las palabras de Trump comienzan a hacerse realidad en las próximas semanas, según el ministro Juan Ramón de la Fuente. Este esfuerzo ha requerido adquirir los servicios de abogados externos especializados en inmigración y la creación de un botón de pánico a través de una app para que los migrantes puedan notificar al Gobierno mexicano sus detenciones.
En los últimos días se han incautado en México miles de kilogramos de fentanilo: el mayor cargamento fue de tonelada y media. La pequeña píldora ha desatado en los Estados Unidos una de las crisis sanitarias más graves de las últimas décadas. Trump también ha señalado a México, concretamente a los cárteles de la droga. La advertencia del republicano a México ha sido que declarará a los cárteles mexicanos organizaciones terroristas, una herramienta que serviría para intervenir más directamente en la lucha contra ellos.
México lleva décadas viviendo las consecuencias de la expansión del crimen organizado en el país. Para la administración de Sheinbaum es una prioridad encontrar estrategias para combatir a estos grupos. La presidenta ha designado al secretario de seguridad, Omar García Harfuch, como el encargado de demostrar a Estados Unidos que México está haciendo su parte. Además de las grandes incautaciones de fentanilo, el gobierno mexicano ha detenido en las últimas semanas a más de seis mil personas relacionadas con el narcotráfico.