Kelly Arévalo
Toronto, Canadá
Iniciamos el mes de abril con una sensación de retorno a la normalidad. El uso de la mascarilla ha pasado a ser opcional, la mayoría de las restricciones por el COVID-19 se han levantado, y la ciudad de Toronto ha anunciado la reanudación en persona de grandes celebraciones, incluyendo los famosos festivales de Jazz, Salsa y de Cine Internacional, el Carnaval Caribeño, y la Canadian National Exhibition (CNE), que en su edición de 2019 atrajo a un millón 500 mil visitantes.
Pareciera que el peligro de la pandemia ya pasó, sin embargo, la realidad es que el riesgo de contagio todavía existe, y tenemos que seguir tomando precauciones. En Ontario, las hospitalizaciones y fallecimientos por COVID-19 continúan.
A pesar de que crece la opinión popular que “el virus se ha debilitado”, y que “ahora es como una gripe”, los científicos y las autoridades de salud no se atreven todavía a declarar el fin de la pandemia, esto hay que entenderlo como un llamado, a nivel personal, a mantener y tomar medidas de precaución para reducir el riesgo de contagiarse. Los datos de hospitalización y mortalidad confirman que el virus del COVID-19 y sus variantes, seguirán impactando de diferente manera a personas con salud vulnerable, a población que enfrenta exclusión socioeconómica, bajos niveles de vacunación, o que realizan labores de alto riesgo de contagio, entre otros factores.
Se escucha también con frecuencia en estos días el comentario que “estamos pasando de pandemia a endemia”, una frase que se repite de manera casi automática a manera de justificación, alegría o alivio que estamos ante el fin de la pandemia, pero hay que tener claro que “endemia” no significa que no hay riesgo.
Sobre este tema, Aris Katzourakis, profesor de evolución y genómica del Departamento de Zoología de la Universidad de Oxford, en Reino Unido, explica en una entrevista a la BBC de Londres, que “endemia es una de las palabras peor usadas desde que comenzó la pandemia. La gente la usa para decir que el virus tendrá un fin natural y que todo mejorará cuando se establezca en esta nueva fase, pero ese no es el significado real de una endemia. Actualmente convivimos con dolencias endémicas como el VIH, la malaria, el sarampión y la tuberculosis que siguen causando a nivel mundial cientos de miles de muertes cada año”.
El Profesor Katzourakis, hace un llamado a los países económicamente más desarrollados a “reforzar la justicia y la cooperación global” en términos del acceso a las vacunas, y a tomar medidas tolerables y sostenibles frente al COVID-19, incorporando cambios estructurales como mejorar la ventilación de edificios, volver a implementar el uso de mascarillas en ciertos espacios, y asegurar que la gente pueda aislarse y se le efectúe el pago por enfermedad. Este último punto ha sido una demanda de los trabajadores de Ontario durante toda la pandemia.
En resumen, tenemos que continuar tomando precauciones. Personalmente, la mascarilla seguirá siendo mi aliada por un buen tiempo, para usarla en ambientes cerrados, o de mucha aglomeración, es una medida que ayuda a reducir el temor y los riesgos de contagio.
La buena noticia es que, con la llegada de la primavera, tenemos muchas posibilidades de hacer actividades al aire libre. Es importante aprovechar estos meses de buen clima para hacer actividad física, salir a caminar, incorporar a la dieta más frutas, vegetales y productos naturales, hacerse un chequeo médico – y ponerse en control si es necesario -, estas acciones contribuyen a mejorar la salud y a fortalecer las defensas del organismo.
Hay que poner mucha atención también al estado emocional y el bienestar en general de la persona. Asegurar un buen descanso, y buscar ayuda profesional cuando la situación lo requiera.
Hay que tener en cuenta que en Ontario y otras partes del mundo, la decisión de levantar las restricciones y medidas contra el COVID-19 incluyen muchas razones y motivaciones no médicas, que van desde los costos a la economía, la fatiga pandémica, hasta los cálculos electorales y manoseos políticos, pasando la responsabilidad a que cada persona evalúe los niveles de riesgo y tome decisiones individuales.
La realidad pospandemia nos lleva a practicar o revisar acciones de prevención, por ejemplo, el lavado o sanitizador de manos, usar la mascarilla, aislarse y ser responsable de no contagiar a otros al tener la enfermedad. También pronto veremos el impacto en comportamientos sociales, el pensar dos veces estrechar la mano, abrazarse, o dar el beso de saludo como muestra de afecto. Y usted amigo lector, ¿Qué opina al respecto?
La pandemia golpeó fuertemente los empleos y la economía, con implicaciones en el presupuesto de la mayoría de los hogares, situación que, combinada con los recientes aumentos a los precios de los alimentos, el alquiler, el combustible, nos llama a cuidar mejor y usar con cautela los ingresos personales y familiares, a invertir en nuestra salud, en nuestro bienestar y futuro.
Es difícil predecir qué pasará con las sub variantes y el virus del COVID-19, o qué niveles de contagio tendremos cuando llegue el otoño o el invierno, y regresemos a las actividades en espacios cerrados, con calefacción y ventanas sin abrir.
La ciencia y las investigaciones médicas avanzan rápidamente, tendremos nuevas herramientas para controlar la enfermedad, tratamientos con cápsulas y pastillas, vacunas mejoradas, cierres parciales, temporales, todas son opciones viables.
Sim embargo, lo más importante, cómo dijimos hace dos años al inicio de la pandemia, es aprender a valorar lo esencial para nuestras vidas, el auto cuido, fortalecer las relaciones interpersonales, y practicar mucha la solidaridad. La pandemia del COVID-19 sigue activa. *Kelly Arévalo, Abogada en El Salvador, con maestría en Derecho Internacional de Empresas y Máster Ejecutivo en Big Data. Ex Cónsul General de El Salvador en Toronto. Fundadora de www.revistasersv.com