Las ventas y los precios de las viviendas en Toronto experimentaron un descenso significativo en el 2022, pero hay indicios de que esta tendencia, que se ha mantenido desde los primeros meses del año pasado, podría estar llegando a su fin.
Jason Mercer, analista jefe de mercado de la Toronto Regional Real Estate Board (TRREB), explicó que, si bien entre la primavera y mediados del verano del año pasado se había producido un ajuste significativo en las ventas y los precios de la vivienda en el mercado inmobiliario, los datos desde entonces sugerían que esos descensos estaban empezando a estabilizarse.
“A finales de verano, y sobre todo a principios de otoño, hemos visto que las cosas empiezan a estabilizarse un poco”, afirmó. “Y tanto en términos de ventas y precios, después de ajustar para la época del año, empezamos a ver una tendencia más plana y que sugiere que podemos estar acercándonos a la parte inferior de este ciclo, y creo que eso es lo que muchos compradores que aún tienen dudas están buscando para tirar del gatillo”.
En diciembre, el análisis de RBC Economics indicaba que la marcada corrección que se ha apoderado del mercado inmobiliario de Toronto seguía su curso, pero “podría estar moderándose”, aunque se espera que el mercado se mantenga moderado durante algún tiempo.
Según Mercer, la próxima decisión del Banco de Canadá sobre la modificación de su tasa de interés referencial, prevista para este miércoles 25 de enero, dará a los prestatarios una buena indicación del tiempo que podrían tardar los precios de la vivienda en empezar a repuntar.
“Los compradores de viviendas están buscando algún tipo de indicador de que los precios han bajado, pero eso está empezando a estabilizarse y cuando el Banco de Canadá haga su anuncio este mes, sea cual sea, probablemente habrá algún tipo de orientación futura que sugiera que este es el final de las subidas de tasas de interés, al menos en el futuro previsible”, dijo.
A pesar del prolongado enfriamiento del mercado de la vivienda de Toronto, se ha observado una tendencia a la escasez de nuevos inmuebles, y la TRREB ha revelado que los nuevos inmuebles se redujeron un 8,2% en el transcurso del año pasado en comparación con el 2021 (de 166.600 a 152.873).
Según Mercer, se trata de una “preocupación importante”, ya que la oferta que entra en el mercado es escasa y la inmigración seguirá aumentando en los próximos años.
Se espera que 465 mil nuevos residentes permanentes lleguen en el 2023, seguidos de 485 mil en el 2024 y medio millón para el 2025. Así que, de cara al futuro, la oferta va a ser la principal preocupación en el mercado inmobiliario.
Según Mercer, las medidas políticas propuestas por los gobiernos federal, provinciales y municipales en los últimos 18 meses, deberían terminar por aumentar la oferta en el mercado, lo que será fundamental para garantizar que los planes federales de inmigración se apliquen sin problemas.
“Lo que realmente esperamos en el 2023 y en el 2024 es que estas promesas se traduzcan en acciones y no solo palabras, porque si no, va a ser difícil alojar a todas estas nuevas familias”.