Rodrigo Díaz M.
Moderna Inc. afirmó que su vacuna contra el COVID-19 tenía una eficacia de aproximadamente el 93% hasta seis meses después de la segunda dosis, lo que apenas supone un cambio con respecto a la eficacia del 94% registrada en su estudio clínico original.
Sin embargo, dijo que todavía espera que sean necesarias inyecciones de refuerzo antes de la temporada de invierno, ya que se espera que los niveles de anticuerpos disminuyan. La empresa, al igual que sus rivales Pfizer Inc y BioNTech SE, aboga por una tercera inyección para mantener un alto nivel de protección contra el COVID-19.
Durante la conferencia sobre los resultados del segundo trimestre, el director general de Moderna, Stéphane Bancel, dijo que la empresa no produciría más de los 900 millones de dosis de la vacuna que se había fijado como objetivo para este año.
“Estamos limitados en cuanto a capacidad para 2021, y no vamos a aceptar más pedidos para entregas durante lo que resta del año”, dijo.
Tanto la vacuna Moderna como la de Pfizer-BioNTech se basan en la tecnología del ARN mensajero (ARNm).
“Nuestra vacuna COVID-19 está mostrando una eficacia duradera del 93% a los seis meses, pero reconocemos que la variante Delta constituye una amenaza importante, por lo que debemos permanecer atentos”, dijo Bancel.
Las autoridades sanitarias de todo el mundo aun están debatiendo si las dosis adicionales son seguras, eficaces y necesarias, incluso mientras luchan contra la variante Delta del COVID-19, que se está extendiendo rápidamente.
Mientras tanto, Pfizer tiene previsto solicitar la autorización de una tercera vacuna a finales de este mes, y algunos países como Israel han empezado o tienen previsto empezar a administrar una vacuna de refuerzo a personas mayores o vulnerables.
Mas recientemente, en Ontario, se aprobó el uso de una vacuna de refuerzo para las personas mas vulnerables al virus, como los ancianos y los pacientes de operaciones de trasplantes.
Por otra parte, Moderna afirmó que sus estudios de tres candidatos de refuerzo diferentes indujeron sólidas respuestas de anticuerpos contra las variantes, incluidas las variantes Gamma, Beta y Delta y que los niveles de anticuerpos neutralizantes tras el refuerzo se aproximaron a los observados tras la segunda inyección.