A orillas de Lago Ontario, en lo que fue territorio tradicional de la Nación Ojibwe Anishinabe y hoy es el hermoso Campus del Humber College, durante los días 2 y 3 de febrero compartieron experiencias y debates líderes comunitarios, activistas, profesionales y expertos en temas sociales y medioambientales, instituciones universitarias, grupos juveniles y miembros del amplio abanico de organizaciones que representan a los pueblos indígenas y a las diferentes diásporas que confluyen en el mosaico multicultural canadiense.
Por Horacio Tejera
TORONTO. La convocatoria y la organización de las más de 15 conferencias, talleres y presentaciones que conformaron el Global Citizens Forum 2017 estuvo a cargo del Consejo de Ontario para la Cooperación Internacional con la participación de CUSO International, las Universidades de Toronto, Waterloo, Ryerson y el Humber College, y contó con la participación de conferencistas provenientes de las más variadas regiones, incluyendo Colombia, Afganistán, Mozambique, Botsuana, Honduras, India o Suiza.
El motivo de las dos jornadas estuvo enmarcado en la búsqueda de mecanismos de comunicación y participación capaces de generar una real toma de conciencia acerca de los problemas globales y la necesidad de que se alcancen, en los próximos 15 años, niveles aceptables de justicia social.
Para ello, el foco de las diferentes actividades desarrolladas estuvo puesto en la importancia de las acciones de Cooperación Internacional para el Desarrollo, en el papel que tienen las instituciones gubernamentales, las no gubernamentales y las del sector privado, y sobre todo en los desafíos que Naciones Unidas ha lanzado como ejes que vertebrarán las acciones de cooperación de la comunidad internacional durante los próximos 15 años: los 17 Objetivos para un Desarrollo Sostenible 2015-2030.
Canadá está reformulando sus políticas de cooperación internacional y a partir del 1º de enero de 2016, cuando las acciones encaminadas a alcanzar los Objetivos del Desarrollo Sostenible se pusieron en marcha en todo el mundo, el país enfrenta el desafío y la oportunidad de ser una fuerza comprometida con la construcción de un mundo mejor.
La naturaleza universal y holística de los nuevos objetivos determina que uno de los principales retos para el país y su gente sea la necesidad de abandonar la vieja idea de que algunos países ayudan al desarrollo de otros que por alguna razón están “retrasados”, sino a comprender que en un mundo globalizado, la cooperación para el desarrollo nos concierne a todos, ya que incluso al interior de los países llamados desarrollados existen situaciones de pobreza, desigualdad, injusticia, riesgo alimentario o ambiental, que deben ser atendidos y para cuya solución, se requerirá la experiencia y la sabiduría acumulada por toda la humanidad a lo largo de toda su historia, en cada región del planeta.
Este cambio, tal como expresaban los organizadores del Global Citizens Forum 2017 en la jornada inaugural, será crucial si Canadá, que celebra este año sus primeros 150 años de vida, se propone seriamente ser un factor de importancia en la lucha por la reducción de la pobreza y en los esfuerzos en pos de un desarrollo sostenible tanto fuera como también dentro de sus propias fronteras.
Dentro de la amplísima variedad de temas que se tocaron a lo largo del Foro, cabe destacar dos que fueron de especial interés para nuestra comunidad.
En la primera de ellas, Julián Marín y Mónica Aguirre, coordinadores de Iniciativas para la Juventud de la YMCA de Medellín, Colombia, realizaron la presentación “Memoria y Acción Social como un mecanismo para alcanzar la Paz y la Reconciliación”.
En dicha presentación recorrieron la historia y las principales características del conflicto armado que se ha desarrollado en Colombia durante las 5 últimas décadas y que en este momento está a punto de finalizar, y reseñaron algunos de los principales desafíos que enfrenta la sociedad colombiana al momento de plantearse formas de convivencia que incluyan a todas las partes involucradas en el conflicto.
De ese modo, y como quedó luego en evidencia, sus experiencias no fueron sólo la puesta al día de lo que sucede en Colombia, sino que aportaron enseñanzas útiles para los procesos de reparación y conciliación que Canadá tiene aún pendientes con sus pueblos originarios.
En la segunda, la socióloga feminista hondureña Neesa Medina participó de un panel internacional de expertas que se enfocó en la toma de conciencia acerca de la situación que enfrentan las mujeres en diferentes regiones del mundo.
Neesa se refirió a su experiencia como Analista en Seguridad y Género en el Centro de Derechos de Mujeres de su país, a su papel como activista en la lucha contra la violencia estructural que enfrentan las mujeres en Honduras y la región, a los esfuerzos que su organización lleva adelante a favor del reconocimiento de los derechos sexuales y reproductivos, y a su reciente rol como asistente legal de mujeres hondureñas que buscan asilo en los Estados Unidos.
Tal como ocurriera con la presentación de la delegación colombiana, la intervención de Neesa Medina también dejó enseñanzas útiles para otro de los problemas que Canadá deberá resolver sin dilaciones: la violencia y la explotación sexual que enfrentan las mujeres de los pueblos indígenas norteamericanos.