Rodrigo Díaz M.
El ministro de transporte, Omar Alghabra, declaró que tiene previsto colmar una laguna en la protección de los pasajeros aéreos que permite a las compañías denegar indemnizaciones a los viajeros en determinados casos. También anunció una nueva inversión de casi 76 millones de dólares para hacer frente a la enorme acumulación de reclamaciones de pasajeros aéreos.
Miles en Canadá vieron interrumpidos sus planes de viaje durante las vacaciones de invierno. Muchos se quedaron varados en varios aeropuertos, y otros afirmaron que la comunicación con las compañías aéreas fue escasa o nula, lo que les obligó a apresurarse para hacer planes adicionales.
Las aerolíneas están obligadas a compensar a los pasajeros por las cancelaciones o retrasos que estén bajo su control, excepto cuando haya problemas de seguridad (por ejemplo, una avería mecánica), en cuyo caso deben intentar cambiar la reserva o devolver el dinero a los clientes, pero no tienen que compensarles por las molestias.
Alghabra reveló que hay planes para presentar legislación en las próximas semanas para hacer más cambios en el régimen de derechos de los pasajeros aéreos, aprobado por primera vez en 2019 y actualizado el pasado mes de septiembre, para cerrar la laguna y evitar que las compañías aéreas aleguen problemas de seguridad para evitar compensar a los pasajeros.
“Estamos trabajando para reforzar y aclarar las normas para garantizar que hacemos una distinción”, dijo Alghabra. “Obviamente no queremos que los aviones vuelen cuando no es seguro hacerlo, pero hay ciertas cosas que están bajo el control de las aerolíneas, y necesitamos tener reglas claras que pongan la responsabilidad en las aerolíneas cuando es su responsabilidad”.
En una reunión de urgencia del comité de la Cámara de los Comunes celebrada en enero, los directivos de las aerolíneas achacaron en gran medida los retrasos de la temporada navideña a las condiciones meteorológicas extremas, mientras que Alghabra testificó entonces sobre lo que consideraba un trato “inaceptable” a los pasajeros y dijo a los diputados que era “evidente” la necesidad de revisar los protocolos.
“Los acontecimientos de los últimos meses han dado lugar a un número récord de quejas ante la Agencia Canadiense de Transporte (CTA), y estas quejas deben ser atendidas lo antes posible”, declaró Alghabra.
Los largos tiempos de espera y las cancelaciones masivas también afectaron a los viajeros canadienses durante los meses de verano, y cuando llegaron las vacaciones de invierno, el número de reclamaciones sobre los derechos de los pasajeros se había disparado hasta superar las 36 mil.
Aunque las quejas a la CTA son el último recurso, la agencia informó de que se habían presentado 6.395 entre finales de diciembre y mediados de enero.
Según Alghabra, el “enorme” retraso supera ya las 42 mil reclamaciones. Según la CTA, la agencia ha recibido más de 39 mil quejas sólo durante el año pasado.
Ahora, los liberales federales están aportando millones para ayudar a resolver el problema.
La nueva financiación, que se distribuirá a lo largo de tres años, tiene por objeto reforzar los recursos de la CTA para hacer frente a la acumulación de casos, en concreto mediante la contratación de 200 empleados más para tramitar las quejas.
Alghabra dijo que, aunque el trabajo atrasado no se eliminará “de la noche a la mañana”, los nuevos fondos ayudarán a tramitar las quejas más rápidamente, y espera que los recursos añadidos dupliquen con creces la capacidad actual de la CTA para tramitar las quejas.
El ministro de transporte afirmó que su gobierno destinó 11 millones de dólares el año pasado a reducir el retraso, pero que el nivel actual de quejas es demasiado grande, y ahora hay “una oportunidad aquí para reformar fundamentalmente el sistema para que los pasajeros estén mejor protegidos”.