Rodrigo Díaz M.
La mayoría en Canadá retrasará sus relojes una hora este domingo 6 de noviembre, lo que dará a los adultos una hora más de sueño y hará que las próximas dos semanas sean un poco infernales para los padres de niños pequeños.
Antes de irse a la cama el sábado por la noche, asegúrese de ajustar manualmente sus relojes. Tus dispositivos digitales y conectados al wifi deberían ajustarse automáticamente. Los que viven en Yukón, la mayor parte de Saskatchewan y algunas partes de British Columbia y Quebec no tienen que hacer nada, ya que permanecen con la hora estándar todo el año.
El cambio de horario ha sido un tema de debate en Canadá durante muchos años, con políticos provinciales de Alberta, British Columbia y Ontario que quieren eliminar esta práctica centenaria.
Ontario presentó y aprobó por unanimidad un proyecto de ley de miembros privados llamado Ley de Enmienda de la Hora en 2020. Está a la espera de que Nueva York y Quebec se le unan, ya que las áreas comparten el comercio y las operaciones del gobierno federal canadiense están repartidas entre las dos provincias.
La legislatura de British Columbia aprobó una legislación similar en 2019, pero el proceso se ha retrasado, ya que los estados americanos de la misma zona horaria esperan que California apriete el gatillo.
Alberta celebró un referéndum sobre la idea el año pasado, y algo más de la mitad de los que votaron querían mantener el horario de verano.
El horario de verano fue propuesto por primera vez en 1895 por el entomólogo neozelandés George Hudson. Propuso el cambio porque le permitiría disponer de más horas de luz para encontrar e inspeccionar insectos.
Los primeros casos documentados de adopción del horario de verano en el mundo ocurrieron aquí mismo, en Canadá. Las pequeñas ciudades de Port Arthur y Fort William, que con el tiempo se fusionarían para convertirse en Thunder Bay en Ontario, adoptaron el cambio horario el 1 de mayo de 1908.
La idea que subyace al cambio de hora es maximizar la luz solar en el hemisferio norte, ya que los días comienzan a alargarse en primavera y a disminuir en otoño. La lógica es que, al adelantarse y atrasarse la primavera, la gente añade una hora de luz solar al final de la jornada laboral. Pero los beneficios de este cambio son controvertidos, y el cambio puede tener efectos en la salud.
Médicos de la Universidad de Turku (Finlandia) han sugerido que el riesgo de accidentes cerebrovasculares e infartos de miocardio aumenta un 7% tras el cambio horario.
Además, el número de accidentes de tráfico también tiende a aumentar una vez realizado el cambio de hora. Un estudio publicado en el New England Journal of Medicine informó de que había un aumento del 8% en los accidentes de tráfico al día siguiente al cambio horario.