Ante las situaciones de cambio o crisis resulta más productivo dejar de refugiarnos en la zona de confort psicológico, la de lo conocido, y adentrarnos en la del aprendizaje, que nos permitirá desarrollarnos en el futuro. ¡Quienes aceptan este reto no suelen arrepentirse!
DESTACADOS:.
— La ‘zona de confort’ es una forma gráfica de definir los límites que se autoimpone una persona, y que confunde con el marco de su propia existencia, acomodándose a ese entorno conocido, cómodo y seguro, y renunciado a tomar iniciativas y asumir riesgos que le permitan modificar su vida, según los manuales de Psicología.
— “A medida que el entorno cambia, se hace necesario adquirir nuevas capacidades y habilidades que tenemos que aprender para podernos adaptar a los cambios. Es lo que se conoce como ‘zona de aprendizaje o desarrollo próximo'”, explica a Efe, el equipo de psicólogos de la Asociación Mentes Abiertas, AMA.
— Para el psicólogo Roberto Crobu, director de Óptima Coaching, “todos tenemos algún aspecto en nuestra vida en el que más fácilmente caemos en la ‘zona de confort”, pero “no solo es posible cambiar, sino que es probable si lo queremos: la voluntad viene ante todo. Querer es poder”.
Los dichos de “mejor malo conocido por bueno por conocer” o “es preferible pájaro en mano que ciento volando”, pueden ser nuestros saboteadores interiores, cuando afrontamos una situación adversa o buscamos prosperar en un entorno incierto, porque nos anclan en el pasado, el temor e inmovilidad.
Así pueden resumirse las ideas clave del equipo de la Asociación Mentes Abiertas, AMA (www.mentesabiertas.org) y del psicólogo italiano Roberto Crobu, director de Óptima Coaching (www.optimacoaching.es) , quienes coinciden en que para alcanzar el éxito y cambiar nuestra vida, necesitamos salir de la denominada Zona de Confort (ZdC),según manifiestan a Efe.
De las afirmaciones de AMA y Crobu también se deduce que, en vez de sobrevivir en la comodidad y falsa seguridad mentales de la ZdC, es más fructífero abrazar lo nuevo y desconocido, donde aguardan las salidas y las soluciones insospechadas, ya que al marcharnos de la senda más trillada y explorar otras nuevas, aparecen alternativas insospechadas.
Los ‘coachs’ o asesores emocionales definen la ZdC como aquel estado mental o espacio psicológico donde nos sentimos seguros, en el que controlamos y conocemos todo o casi todo, y donde creemos que nada se nos escapa.
Según los expertos, la ZdC es aquella parcela del mundo o de la realidad donde nos movemos con comodidad, porque lo hemos aprendido todo de ella, la dominamos y todo nos resulta familiar, ya sea en el ámbito personal, familiar, laboral, social o de pareja.
Es una zona en la que quizá las actividades, situaciones o la vida que llevamos no sean agradables e incluso nos causen malestar, pero a la que nos adaptamos mediante una serie de conductas e ideas que consiguen un nivel constante de rendimiento sin asumir riesgos, de acuerdo a los conocedores de la mente.
Para la Psicología, la ZdC es una forma gráfica de definir al conjunto de límites que se autoimpone una persona, y que termina por confundir con el marco de su propia existencia, acomodándose a ese entorno conocido y renunciado a tomar iniciativas que le permitan modificar su vida.
Además de la ‘Zona de Confort’ los profesionales de AMA destacan la importancia de la llamada ‘Zona de Aprendizaje o Desarrollo Próximo’, ZdA, ya que –aseguran- “ambos conceptos son importantes de cara a las situaciones de cambio o crisis”.
La ‘zona de confort’ es aquella formada por las capacidades y habilidades que hemos ido adquiriendo a lo largo de la experiencia vital, que nos permiten adaptarnos al entorno en el que nos encontramos, indican los expertos.
Aunque “a medida que el entorno cambia, se hace necesaria la adquisición de nuevas capacidades y habilidades que tenemos que aprender para podernos adaptar a los cambios. Es lo que se conoce como ‘zona de aprendizaje o de desarrollo próximo’”, explican a Efe, los expertos de AMA.
EL RETO DEL RIESGO.
Según estos profesionales “por lo general, la ZdA es vivida como un constante reto, contiene todos los ingredientes para que podamos aprender, situaciones novedosas donde poder desplegar las capacidades y habilidades que tenemos”.
Según AMA, es la vivencia de nuestros propios límites la que produce el estrés y, si el nivel de estrés que nos genera un cambio o crisis está muy por encima de nuestras capacidades para afrontarlos, la ZdA parece inalcanzable y ello genera fatiga, con una consecuente caída de la motivación.
En cambio, según AMA, “si el estrés es tolerable, indicaría que estamos en la ZdA óptima, donde los errores se convierten en situaciones para la mejora de nuestras capacidades y la adquisición de nuevas habilidades, y los aciertos intermitentes generan suficiente satisfacción para mantener la motivación”.
Un factor que favorece la entrada en la ZdA son, según AMA, las actividades gratificantes, ya que “es muy importante alcanzar un equilibrio entre las actividades diarias que hacemos por deber o por obligación y las que llevamos a cabo por el mero placer que nos produce el realizarlas”.
Por ejemplo, “en el arduo, y a veces frustrante, proceso de buscar empleo, es importante elaborar un horario y separar los tiempos dedicados a la búsqueda de los tiempos dedicados a uno mismo. Es conveniente realizar diariamente alguna actividad que nos produzca placer en sí misma”, aconseja AMA.
“Estas actividades son muy diversas y, entre ellas podrían encontrarse el darnos un largo baño, recordar un paisaje maravilloso, conocer a gente nueva, reciclar objetos antiguos, practicar kárate, judo o yoga, hacer ‘footing’ o caminar, escuchar a los demás, hacer ejercicio, hablar sobre un libro, tocar un instrumento musical y vestirse bien y estar guap@”, sugieren.
“Cualquier actividad que nos produzca placer, nos guste y/o nos entretenga, contribuye para que nuestro organismo libere neuropéptidos que modifican nuestros estados emocional, motivacional y actitudinal”, revela AMA.
Así, “realizando pequeñas actividades, que no necesariamente cuestan dinero, compensamos el desgaste producido por la incertidumbre de la búsqueda de empleo, generando sustancias que nos suben el estado de ánimo y la motivación para hacer más cosas y seguir activándonos lo necesario para mejorar nuestra situación”, destacan.
Para adentrarse con mayor seguridad y confianza en la ZdA, también es fundamental la búsqueda de apoyo, dice AMA.
Para esta Asociación, ante los momentos difíciles, “nos podemos sentir paralizados, encaminados hacia el ensimismamiento en la búsqueda de explicaciones que den sentido a nuestra situación, con sensaciones de culpa o vergüenza y sin ser capaces de mirar más allá de nuestras barreras mentales”.
EN EL CAMINO DEL CAMBIO.
“En esta situación, se hace imprescindible buscar apoyos en nuestro entorno, que nos aporten una perspectiva más abierta sobre nuestro propio estado, nos alivien en la soledad del momento con afecto y comprensión y nos puedan trasladar ayuda material si se encuentran en condiciones de hacerlo”, destacan.
“El contar con gente cercana, como familiares, amigos y compañeros, nos confortará para no sobrellevar solos la carga y para sentir que podemos hacer frente a los problemas aunando las fuerzas de nuestra red social”, señala AMA.
Por su parte, Roberto Crobu, señala que una persona con una mentalidad flexible y sin miedo a cambiar, es “una persona con voluntad para ser capaz de superar su “zona de comodidad” y explorar nuevos territorios de su conciencia y del mundo a su alrededor, y con capacidad de fluir en situaciones cambiantes”.
“Hace poco acompañé, en un proceso de cambio, al personal de una entidad financiera que por motivos de una fusión dejaban un puesto de trabajo administrativo “muy cómodo” y tranquilo, para pasar a la red de oficinas comerciales y desempeñar puestos más exigentes en cuanto a dinamismo, objetivos, retos, y tensión emocional. Estas personas llevaban un promedio de entre 8 y 16 años de antigüedad en el puesto”, recuerda Crobu.
“Después de un año, están perfectamente operativos en su nueva función. Este es un ejemplo de que no solo es posible cambiar, sino que es probable si se quiere. La voluntad viene ante todo. Querer es poder”, dice el autor del libro “Camino al Cambio”,
“No creo que exista una persona “sin miedo a los cambios” en absoluto. Todos tenemos algún aspecto en nuestra vida en el que más fácilmente caemos en la ‘zona de confort’, señala este psicólogo.
Destacad Crobu que “según los estudios de Mihaly Csikszentmihalyi, existe una ecuación importante para conseguir “fluir” en situaciones comprometidas, y consiste en establecer una adecuada relación entre las habilidades personales y las exigencias del reto a afrontar”.
“En la medida en que el reto sea un poco superior a las posibilidades que nos permiten nuestras habilidades, sentiremos la actividad como estimulante y retadora, y con más facilidad estaremos dispuestos a salir de la ‘zona de confort’”, señala.
“Por otro lado, si el reto lo percibimos como excesivamente exigente o demasiado asequible, esto implicará rechazo y desmotivación o falta de voluntad en el primer caso, y anclaje a la zona de confort, en el segundo caso. De ahí la importancia de saber elegir los cambios en la medida de lo posible”, remata.
Omar R. Goncebat.
EFE/REPORTAJES.-