Rodrigo Díaz M.
Rogers Communications Inc. ha revelado que está trabajando para garantizar que las llamadas de emergencia se realicen aun si se presenta una nueva falla masiva de sus servicios, mientras continúa con el control de daños tras la interrupción general de la red a principios de este mes.
El presidente y director ejecutivo, Tony Staffieri, afirmó en una carta dirigida todos lo usuarios ayer que estas medidas son algunas de las que el gigante de las telecomunicaciones está adoptando para aprender de la interrupción del 8 de julio, que dejó sin servicio de telefonía móvil, fija y de Internet a millones de personas en toda Canadá.
Staffieri dijo que Rogers ha hecho progresos significativos en un acuerdo formal entre los operadores para cambiar las llamadas al 911 a las redes de los demás de forma automática, incluso en el caso de una interrupción en la red de cualquier operador y ha afirmado que la empresa está separando físicamente sus servicios inalámbricos y de Internet para crear una red “siempre activa” que cumpla un mayor nivel de fiabilidad.
Rogers se compromete a destinar 10 billones de dólares a lo largo de tres años para aumentar la supervisión, las pruebas y el uso de inteligencia artificial para garantizar un servicio fiable.
Por último, la carta dice que la compañía se está asociando con las principales empresas de tecnología para hacer una revisión completa de su red para aprender de la interrupción.
“Sé que sólo a través de estas acciones podemos empezar a restaurar su confianza en Rogers y ganar de nuevo su confianza”, dice Staffieri en la carta.
Los documentos publicados a última hora del viernes pasado muestran que, durante la falla de servicios, Rogers no pudo desconectar su red de acceso por radio, lo que habría conectado automáticamente a los clientes con otro operador para las llamadas al 911.
En un informe presentado a la Comisión Canadiense de Radiotelevisión y Telecomunicaciones, Rogers dijo que la amplia interrupción de su red limitó su capacidad de responder con soluciones provisionales mientras restablecía el servicio.
Rogers también asegura que los competidores no habrían podido gestionar la repentina afluencia de clientes de telefonía móvil afectados, que la empresa cifra en más de 10 millones.
En su carta de ayer, Staffieri afirma que la única manera responsable de avanzar es llegar a un acuerdo formal entre los operadores.
“Las llamadas de emergencia al 911 simplemente tienen que funcionar. Siempre”.














