POR DR. LUIS MONTEL
Si sentimos dolor o molestias en las rodillas, además de ruidos o crujidos al moverlas, quizás necesitemos una actuación preventiva urgente. A partir de los 30 años, podemos tener sintomatología articular, específicamente en las rodillas. Esto puede llegar a convertirse en un dolor insoportable,
Muchos de mis pacientes presentan lo que yo llamo “síndrome de rodillas secas”. O sea, la falta de líquido sinovial en las rodillas. Si esto se mantiene durante largo tiempo, podría causarles problemas serios por desgaste de cartílago, así como dificultades de movimiento y dolor intenso.
En este caso, una inyección de ácido hialurónico en las rodillas, siempre recetada y administrada por un médico experto, podría ser la solución.
El ácido hialurónico es uno de los principales componentes del líquido sinovial. Es también responsable de la viscosidad que amortigua los impactos y el choque hueso-hueso. Además, nutre, oxigena y conserva el cartílago articular.
Cada día veo más necesaria la suplementación articular con ácido hialurónico, tanto en mayores como en jóvenes, principalmente en personas con gran desgaste físico como los deportistas de todos los niveles.
Lo he comprobado especialmente al tratar a futbolistas de equipos de primer nivel de las ligas inglesa, italiana y española. ¿De qué otra manera un atleta de 36 a 40 años podría seguir con sus rodillas activas y con un bajo índice de lesiones? En gran medida se debe al uso del ácido hialurónico de manera curativa y preventiva.
¿Cómo saber si lo necesitamos? Si hay rigidez matutina, ruido al mover las rodillas, dificultad para estirar y flexionar la pierna, dolor de rodillas esporádico o semi-permanente, bloqueos ocasionales, inflamación, hinchazón o enrojecimiento de las articulaciones, alta temperatura al tacto en la zona o antecedentes personales o familiares de artrosis, entonces hay que empezar a actuar.
Para una buena salud de las rodillas, es necesaria una alimentación balanceada, y suplementación. Una dieta alcalina rica en verduras, frutas, proteínas y carbohidratos, preferentemente de productos naturales. Por ejemplo, pescado y algas marinas, que son ricos en minerales antioxidantes y en vitaminas que reconstruyen el cartílago y generan líquido sinovial.
También podemos apoyarnos en la cúrcuma, fundamentalmente en extracto liposoluble, para aumentar su absorción. El colágeno hidrolizado debe ser una constante en la suplementación diaria, ya que con la edad disminuimos su producción. Además de utilizar glucosamina, condroitina y el alga espirulina.
En resumen, si te preocupan las rodillas, actúa ahora mismo, siempre bajo la dirección de un médico.