fue sentenciado a 7 años de cárcel. Pero más allá de la sentencia de quien practicaba como agente de inmigración sin tener la licencia para hacerlo, desde la semana pasada lo que atrae la atención de los medios son las consecuencias que enfrentan quienes fueron representados en sus solicitudes de extensión de tarjetas residencia permanente y ciudadanía por el Señor Xun (Sunny) Wang.
Por Claudia Palacio
320 personas se encuentran en procesos para determinar si sus residencias permanentes y ciudadanías van a ser revocadas y en consecuencia ellos serán deportados, y otras 500 personas se encuentran bajo investigación.
El fraude al Departamento de inmigración es duramente castigado. No solo conlleva a que el estatus que se haya obtenido a través de él sea revocado sino que también acarrea una sanción de 5 años para solicitar cualquier otro estatus en Canadá, ello sin contar que queda una marca permanente en el expediente del cliente y que a pesar de haber transcurrido los 5 años de sanción va a seguir afectando las solicitudes que él pueda presentar.
La buena fe, la credibilidad y la confianza que el oficial de Inmigración tenga en que lo que el cliente está diciendo es cierto y en que va a cumplir con las condiciones impuestas a cualquier estatus en Canadá son en gran medida la base para que una solicitud a Inmigración Canadá sea aprobada.
El presunto fraude cometido por estas 800 personas que se encuentran en investigación o proceso de revocación de su estatus fue el de falsificar documentos que probaran que habían vivido en Canadá el tiempo requerido por ley para extender sus tarjetas de residencia o para solicitar la ciudadanía. Pero lo interesante de este caso es conocer que fue lo que llevó a que se abriera la investigación.
Xun (Sunny) Wang, quien orquestó el fraude y facilitó los documentos y direcciones de residencia para que sus clientes crearan “vidas en papel en Canadá” uso para 114 de sus clientes la misma dirección de residencia. Esto puede sonar a que el señor Wang no era tan inteligente como pensaba y cometió un error, por decirlo de alguna forma, bastante tonto. Pero realmente lo que debería verse detrás de esto es que cada persona tiene un estilo propio y va dejando una “huella” en lo que hace, es decir que cada uno tiene un patrón de comportamiento.
Son muchas las personas que sin ser abogados o consultores de inmigración regulados, ofrecen servicios de asesoría en inmigración. Al no poder practicar la profesión abiertamente, simplemente le dicen al cliente que lo asesoran pero que la solicitud la mandan como si el cliente hubiera hecho el proceso él solo. Sin embargo hay patrones de comportamiento que son difíciles de ocultar, el tipo de carta de soporte, el tipo de redacción, el tipo de letra que usan, los documentos de soporte que presentan etc. Un patrón de comportamiento fue lo que llevó al departamento de Inmigración de Canadá a abrir la investigación en contra del Señor Wang y sus clientes y puede ser también el que lleve a muchas personas que han trabajado con asesores no regulados y que han presentado información “cuestionable” a enfrentarse a investigaciones.
Si al patrón de comportamiento le sumamos la denuncia hecha por algún cliente insatisfecho, que puede ocurrir en cualquier momento, los resultados pueden ser devastadores para quienes se vean relacionados con el asesor denunciado.
Hace unas semanas escribí sobre la “magia” en inmigración y lo que nos piden algunas personas que nos consultan que hagamos para cubrir allí o justificar allá. Es factible que inmigración no se dé cuenta de que algo no está bien en una solicitud, pero lo que le repetimos a los clientes permanentemente es que con la aprobación de la primera solicitud no se acaba el proceso, el proceso va hasta ciudadanía y aun esta es revocable por fraude. No vale la pena obtener el pasaporte canadiense cuando constantemente hay que estar mirando por encima del hombro y cruzar los dedos para que la verdad no vaya a salir a la luz. El fraude a Inmigración definitivamente no se justifica cuando se pueden trazar estrategias que permitan obtener o conservar el estatus cumpliendo con las normas y requisitos. La responsabilidad que tenemos quienes contamos con la licencia para hacer representación en inmigración es la de asegurarnos de que el cliente cumple con los requisitos necesarios para presentar la solicitud del estatus que quiere o de decirle clara y abiertamente como podría obtenerlos. La respuesta no siempre es la que el cliente quiere oír, bien sea que le falta tiempo de permanencia en Canadá y no debería salir del país, o que necesita estudiar el idioma o que debe trabajar más tiempo; pero ciertamente no es en el mejor interés del cliente presentar un expediente que de antemano sabemos que no tiene opciones de ser aprobado o con documentos que, aunque otros les hayan dicho que “ solucionarían el problema” sabemos que lo único que harían es crear un nuevo problema y probablemente más grave.
La lista de consultores de inmigración certificados y de abogados está disponible en internet. Determinar si un representante legal está autorizado por su respectivo cuerpo regulador no es difícil pero es ciertamente una obligación que tienen los clientes con ellos mismos al igual que es suya, y de quien los represente, la responsabilidad de asumir las consecuencias de la revocatoria de estatus si se prestan para cometer fraude.
Claudia Palacio., RCIC
ICCRC R 416911
*Claudia Palacio es Consultora de Inmigración Certificada y colaboradora de este semanario. Pueden dirigir sus preguntas a [email protected]