Por Will Higginbotham
Impulsados por líderes como el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cada vez más gobernantes fomentan ataques contra la prensa, lo que dificulta el trabajo de los periodistas en todo el mundo.
Esa fue la conclusión de la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de Reporteros Sin Fronteras (RSF), que analiza la situación de los medios en 180 países.
En la presentación del informe, el secretario general de RSF, Christopher Deloire, reflexionó sobre la erosión de uno de los más preciados principios de las sociedades libres: la libertad de prensa.
“El despliegue del odio hacia los periodistas es una de las peores amenazas a las democracias. Disputar la legitimidad del periodismo en la actualidad es jugar con un fuego político extremadamente peligroso”, alertó Deloire.
Según el informe de RSF, Estados Unidos es parcialmente responsable de la decadencia de la imagen de los medios en el mundo.
El informe subraya el impacto que ha tenido el eslogan de “noticias falsas” de Trump, una referencia empleada por el presidente estadounidense para desacreditar y tratar de desmentir la información de prensa.
“Los gobernantes de países tanto democráticos como autoritarios aprovecharon para tildar de noticia falsa o de maniobra de desinformación a toda cobertura crítica”, dijo la directora para América del Norte de RSF, Margaux Ewen.
El método de Trump de desacreditar a la prensa fue adoptado por numerosos gobernantes, concluye el informe.
“Cada vez más gobernantes elegidos democráticamente ya no ven a los medios como un elemento esencial de la democracia, sino como un adversario. El propio Trump dijo que los periodistas eran “enemigos del pueblo”, recordó Ewen.
“Es triste que Estados Unidos, considerado un faro brillante en materia de libertad de prensa y democracia, deje de ser un modelo”, continuó.
No llama la atención que, en la clasificación de este año, Estados Unidos haya caído al lugar 45, dos más abajo que en 2017.
Suecia y Noruega mantienen uno de los entornos más libres para la prensa. Sin embargo, la región tiene más países donde empeoró la situación que cualquier otro continente.
Naciones europeas como Malta, Eslovaquia, República Checa y Serbia cayeron de forma considerable.
“Con el auge de líderes populistas y hombres autoritarios, la tendencia a la baja probablemente continúe”, alerta el informe.
El asesinato de conocidos periodistas, como Daphne Galizina, en Malta, y Jan Kuciak, en Eslovaquia, se atribuye a esa caída en la clasificación.
El informe subraya varios casos en que los países están peor debido a líderes autoritarios.
Por ejemplo, Filipinas descendió al lugar 133 en gran parte debido al presidente Rodrigo Duterte, quien suele justificar públicamente el asesinato de periodistas.
El año pasado, cuatro periodistas fueron asesinados realizando su trabajo, lo que le valió ser considerado el país más peligroso de Asia para ser ejercer la profesión.
Turquía también cayó en la clasificación de este año al lugar 157. Su presidente Recep Tayyip Erdogan hace tiempo que desprecia a los medios de prensa.
Y ese país tiene más periodistas presos en la actualidad que ningún otro estado del mundo.
Asimismo, Eritrea quedó al final de la clasificación. El informe señala que los medios están sujetos a los caprichos del presidente Isaias Aferworki, responsable del deterioro de los derechos humanos y de las libertades, en general.
Tras cuestionar las tendencias autoritarias del gobierno, el periodista sueco-eritreo Dawit Isaak fue a la cárcel en 2001, donde permanece desde entonces, sin haber comparecido nunca ante un juez.
Desde entonces, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reclama su liberación.
Hace poco RSF envió un informe a la Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos expresando su preocupación por la situación de la libertad de prensa en esa nación de África oriental.
A pesar de eso, la organización concluyó que, en general, la libertad de prensa en África mejoró, aunque todavía hay grandes diferencias de un país a otro.
Ewen reconoció que no son muchas las conclusiones positivas del informe, aunque destacó como elemento positivo la futura designación de un representante especial de la ONU para la prensa.
“Eso quiere decir que podremos coordinar de inmediato esfuerzos internacionales para la prensa cuando haya un periodista en peligro. RSF promueve eso desde hace unos años, junto con unas 130 organizaciones no gubernamentales y medios de prensa”, comentó Ewen.
“Es algo a lo que podemos aspirar”, destacó.