Rodrigo Díaz M.
Desde las alfombras hasta los utensilios de cocina antiadherentes, las denominadas sustancias químicas perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS), se encuentran ampliamente en los productos de consumo desde la década de 1950.
Estas sustancias químicas están diseñadas para ser tan fuertes que no se descomponen completamente en el medio ambiente. Se utilizan para que los productos sean antiadherentes, repelentes al aceite y al agua y resistentes a los cambios de temperatura.
Cada vez hay más pruebas de la presencia de PFAS en las fuentes de agua dulce y el agua potable de Canadá, según Health Canada. Los estudios han relacionado los PFAS con graves problemas de salud, como cáncer, bajo peso al nacer y enfermedades hepáticas.
La Agencia de Protección del Medio Ambiente de los Estados Unidos (EPA) ultimó la semana pasada su normativa sobre seis PFAS en el agua potable. En virtud de la nueva normativa, las empresas de suministro de agua deben limitar a cuatro partes por billón, o cuatro nanogramos por litro, determinadas sustancias químicas para siempre, incluidos dos tipos comunes: el ácido perfluorooctano sulfónico (PFOS) y el ácido perfluorooctanoico (PFOA). Además, los proveedores de agua deben hacer pruebas para detectar estos PFAS y alertar al público cuando los niveles sean demasiado altos.
Asimismo, Health Canada propuso nuevos límites de PFAS en el agua potable en febrero del 2023.
Actualmente existen directrices de calidad del agua potable para el PFOA y el PFOS en Canadá. Además, los valores de cribado, que son directrices informales, también se aplican a otras nueve sustancias químicas PFAS en el agua potable. Health Canada afirma que se basan en datos científicos, pero no se someten a revisión inter pares ni a consulta pública.
En un comunicado reciente, Mark Johnson, portavoz de Health Canada, declaró que Canadá se ha propuesto un objetivo para el agua potable con un límite mucho más bajo para todos los PFAS detectados en el agua potable.
A pesar de que el límite propuesto por Canadá para los PFAS en el agua potable es unas ocho veces superior al de Estados Unidos, es probable que haya muchos factores en juego.
Según el bufete de abogados Osler, en el 2021 se certificó una demanda colectiva contra el Consejo Nacional de Investigación de Canadá por la presencia de PFAS en las aguas superficiales y subterráneas de las instalaciones del NRC en Mississippi Mills, Ontario.