Rodrigo Díaz M.
El “proyecto de ley ómnibus” contiene cientos de artículos que, de ser aprobados, introducirán reformas radicales en el mercado libre.
Javier Milei fue elegido en noviembre con la promesa de sanear la economía argentina, golpeada por la crisis, y reducir la inflación.
Pero algunas de sus propuestas han encontrado una fuerte oposición entre algunos legisladores.
Milei ha advertido de que, a menos que se apliquen reformas radicales, Argentina se enfrentará a “una catástrofe social de proporciones bíblicas”.
La tasa de inflación anual es del 211%, la más alta en más de tres décadas. Más del 40% de la población vive en la pobreza, según la oficina de estadística del país.
El proyecto de ley propuesto originalmente por el presidente contenía más de 650 artículos. Pero en un intento de ganarse el apoyo de la oposición, mayoritaria en la Cámara Baja, se ha reducido considerablemente.
Entre las propuestas eliminadas figuran la revisión del sistema fiscal y la modificación del cálculo de las pensiones.
Y aunque el proyecto sigue proponiendo la privatización de varias empresas estatales, la petrolera YPF ya no figura entre ellas.
Pero una disposición que otorgaría al presidente Milei poderes especiales de emergencia, lo que le permitiría tomar decisiones sin consultar al Congreso sobre una serie de asuntos, incluidos los económicos y de seguridad, sigue formando parte de la legislación propuesta, aunque su duración se ha reducido a la mitad, de dos años a uno.
Los críticos del proyecto de ley afirman que socavaría la democracia argentina. Pero el presidente Milei argumenta que el país necesita una “terapia de choque” si quiere recuperarse de la crisis económica en la que está sumido desde hace años.
Cuando envió el proyecto de ley al Congreso, Milei dijo que él y su gobierno necesitaban “las herramientas adecuadas” para combatir los problemas “que están en la raíz del empobrecimiento del país”.