Rodrigo Díaz M.
La presidenta de la Federación de Profesores de Enseñanza Secundaria de Ontario (OSSTF), Karen Littlewood, declaró que la violencia en los salones de clase sigue siendo una de las principales preocupaciones de los profesores.
Littlewood añadió que otra de sus preocupaciones es que no haya suficientes profesionales formados para apoyar a los alumnos con diversas necesidades.
“El profesor no debería hacer las veces de psicólogo, trabajador social o asistente social si no se dispone de esos profesionales”.
En muchos casos, los profesores necesitan formación en intervención en crisis antes de intervenir para ayudar a detener un comportamiento que podría provocar lesiones.
“Se convierte en un verdadero reto porque la gente quiere hacer lo mejor por los alumnos”, dijo Littlewood.
Los sindicatos han achacado el aumento de la violencia a la falta de financiación y recursos para la educación pública. Una declaración de un portavoz del ministro de educación de Ontario, Stephen Lecce, decía: “Nuestro gobierno sigue tomando medidas decisivas para reducir la violencia en las escuelas. Por eso estamos invirtiendo casi 700 millones de dólares más en financiación adicional este curso escolar, incluidos 24 millones para mejorar la seguridad escolar y la contratación de casi dos mil miembros más del personal”.
Una encuesta realizada a principios de este año para el sindicato que representa a los profesores públicos de primaria reveló que el 77% de sus miembros han sufrido personalmente violencia o han sido testigos de violencia contra otro miembro del personal.
Los resultados también revelaron que dos tercios de los miembros informaron de que la gravedad de los incidentes violentos ha aumentado en sus escuelas, y que los educadores que trabajan con alumnos más jóvenes tienen más probabilidades de sufrir violencia.