Rodrigo Díaz M.
El Partido Reformista de centro-derecha de la primera ministra Kaja Kallas, una de las partidarias más abiertas de Ucrania en Europa, ganó por abrumadora mayoría las elecciones generales del país báltico, mientras que un rival populista de extrema derecha perdió escaños en una votación centrada en la seguridad nacional y la economía.
Los resultados preliminares del recuento de votos muestran que el Partido Reformista, principal socio del gobierno saliente de coalición tripartita, obtuvo el 31,2% de los sufragios, el mayor porcentaje de las elecciones del domingo.
Esto se traduce en 37 escaños en el Parlamento estonio de 101 escaños, o Riigikogu, un aumento de tres escaños desde las elecciones del 2019.
Kallas, primera ministra desde el 2021, se enfrentó a un desafío del Partido Populista de Extrema Derecha (EKRE), que busca limitar la exposición de la nación báltica a la guerra de Rusia en Ucrania, y culpa al gobierno actual de la alta tasa de inflación de Estonia.
EKRE obtuvo el segundo puesto con el 16,1% de los votos y 17 escaños en la legislatura, lo que supone un descenso de dos escaños respecto a hace cuatro años. El Partido de Centro, tradicionalmente favorecido por la considerable minoría étnica rusa de Estonia, fue tercero con el 15,3% de los votos.
La mayor sorpresa de las elecciones, en las que podían votar más de 900 mil personas, fue la aparición del Eesti 200, un pequeño partido centrista liberal, que obtuvo 14 escaños y el 13,3% de los votos.
“Creo que, con un mandato tan fuerte, la ayuda a Ucrania no cambiará porque otros partidos, excepto EKRE y quizá Centro, han elegido la misma línea”, dijo Kallas.
Se refería a la importante ayuda que Estonia, una pequeña nación de 1,3 millones de habitantes, ha prestado a Ucrania en el último año. Además de armas, Estonia proporciona a Kiev una importante ayuda humanitaria y ha acogido a más de 60 mil refugiados ucranianos.
El partido nacionalista EKRE, que se basa principalmente en una plataforma antieuropea y antiinmigración, ha pedido que se limite el número de refugiados ucranianos, alegando que Estonia no puede acoger a tanta gente.
Su líder, Martin Helme, también ha acusado a Kallas de socavar las propias defensas de Estonia al donar armas a Ucrania.
Kallas argumenta que a su país le interesa ayudar a Kiev.
Los observadores políticos señalaron tras las elecciones que el ataque del EKRE a las políticas del Partido Reformista en Ucrania fue probablemente la principal razón de que algunos votantes se alejaran del partido populista.
La invasión a gran escala de Ucrania provocó temores en Eslovenia de que una victoria rusa pudiera envalentonar a Moscú para cambiar su atención a otros países que controlaba en la época soviética, incluidas las naciones bálticas Estonia, Letonia y Lituania, ahora todas miembros de la OTAN.
Estonia, nación fronteriza con Rusia, se separó de la Unión Soviética en 1991 y ha tomado un claro rumbo occidental, incorporándose a la OTAN y a la Unión Europea.
La participación electoral fue del 63,7%, una tasa igual a la de las anteriores elecciones.