Rodrigo Díaz M.
Los premiers de Canadá han acordado aceptar la oferta del primer ministro Justin Trudeau de 10 años de financiación de salud y ahora se centran en firmar sus respectivos acuerdos bilaterales con el gobierno federal.
La oferta federal de 196.1 billones de dólares para ayudar a los sistemas de salud en crisis, presentada en una reunión presencial de premiers celebrada la semana pasada, incluye aumentos de la cantidad presupuestada a través de la Transferencia Sanitaria de Canadá (CHT), así como 25 billones de dólares para acuerdos bilaterales adaptados a las necesidades de los sistemas de salud de cada provincia y territorio.
En general la posición de los primeros ministros es que la financiación, un total de 46.2 billones de dólares en nuevos fondos, no aborda todas sus preocupaciones, por lo que siguen pensando presionar a Trudeau para que aborde determinados aspectos, como los problemas de sostenibilidad a largo plazo.
Los premiers se dirigirán por escrito al gobierno federal para plantear estas cuestiones, como garantizar la sostenibilidad fiscal, de modo que, una vez expiren los acuerdos de una década de duración, la cantidad de dinero que Ottawa envía a las provincias y territorios no disminuya.
Esta decisión llega tras una reunión virtual a la que asistieron los premiers la semana pasada, y después de que los dirigentes provinciales y territoriales tuvieran casi una semana para digerir la propuesta de Trudeau y analizar la letra pequeña de las expectativas de responsabilidad que se les imponen.
Los puntos centrales de la oferta federal son:
- Una dotación nacional inmediata e “incondicional” de dos billones de dólares a la CHT para hacer frente a las presiones urgentes que sufren los hospitales pediátricos, las urgencias y los centros quirúrgicos.
- Un aumento del 5% de la CHT en los próximos cinco años, a través de un complemento anual, que se incorporaría a la base de la CHT al cabo de cinco años para garantizar un aumento permanente que supondría unos 17.3 billones de dólares en 10 años.
- 25 billones de dólares en 10 años para acuerdos bilaterales de una década con cada provincia y territorio relacionados con prioridades compartidas como el acceso a la sanidad familiar, la inversión en servicios de salud mental y abuso de sustancias, y la modernización del sistema de información de salud.
Aunque Trudeau ha calificado el compromiso de su gobierno de “gran inversión federal en sanidad”, los primeros indicios apuntaban a que la oferta no satisfacía las demandas de las provincias de un aumento general del CHT que supusiera para Ottawa un gasto adicional de 28 billones de dólares anuales.
El gobierno federal ha pedido a los gobiernos provinciales y territoriales que elaboren “planes de acción” que describan cómo piensan utilizar la financiación y medir las mejoras de sus sistemas de salud.