Rodrigo Díaz M.
La vacuna contra el COVID-19 de Pfizer ya fue aprobaba por las autoridades sanitarias de los Estados Unidos y empezó a utilizarse en niños de cinco a 11 años desde el miércoles de la semana pasada.
Tal y como ha pasado con todas las demás vacunas, Canadá pronto seguirá la línea de los Estados Unidos y aprobará esta vacuna para los niños pequeños en la brevedad de lo posible. Sin embargo, muchos padres todavía tienen dudas sobre si vacunar a sus hijos es seguro a tan temprana edad o no.
Es por esto que El Centro Newspaper conversó con el Dr. Diego Hijano, especialista en enfermedades infecciosas pediátricas del St. Jude Children’s Research Hospital, en Memphis Tennessee, sobre que tan seguras son estas vacunas para los niños y la importancia de las mismas.
“Sin duda recomendamos la vacuna para todos los chicos de cinco a once años”, dijo Hijano, que luego añadió que los estudios que se han hecho durante el verano más de 100 sitios en Estados Unidos incluyeron más de tres mil chicos que recibieron la vacuna y han demostrado que los efectos adversos de la vacuna son menores.
Una de las preocupaciones que tienen los padres es el riego que de que sus hijos podrían desarrollar miocarditis, o inflamación del corazón, que se ha incluido en la lista de los posibles efectos secundarios producidos por la vacuna de Pfizer en hombres jóvenes.
“Cuando miramos en los vacunados entre 12 años y 30 años, aquellos que estaban entre 12 y 15 años tuvieron menos posibilidades de desarrollar miocarditis que aquellos que eran mayores de 16 años”, explicó Hijano. “Adicionalmente estamos usando una dosis menor que la que se usa para los mayores de 12 años y el riesgo de miocarditis es de por sí en este grupo de chicos es menor, con lo cual las posibilidades de que esto ocurra son mínimas”.
Las dosis de la vacuna contra el COVID-19 de Pfizer para los niños menores de 12 años son de 10 microgramos, un tercio de las dosis de 30 microgramos aplicadas al resto de los grupos de edades.
Hijano también aseguró que el riesgo de sufrir miocarditis es mayor si un niño se contagia de COVID-19, así no presente síntomas graves, que luego de vacunarse y que todos los niños que han desarrollado inflación en el corazón se han recuperado totalmente.
El especialista en enfermedades infecciosas pediátricas también quiso hacer hincapié en las matrices de opinión basadas en desinformación acerca de la vacuna que se han extendido entre las comunidades en todo el mundo.
“Uno de los problemas más graves que tenemos es el tema de la desinformación con respecto a la vacuna y la infertilidad. Los padres todavía siguen pensando que la vacuna causa infertilidad y esta una de las mayores barreras para que los padres hoy por hoy quieran vacunar a sus hijos; una y otra vez hemos comprobado que no es verdad, que no hay evidencia al respecto”.
Otra teoría, que no solo arropa a los más pequeños, es el argumento que, al vacunarse, se pierde la “inmunidad natural” o, al menos, esta es afectada negativamente. Y, ahora que se acerca el invierno, la más actual tiene que ver en como mezclar la vacuna contra el COVID-19 y la vacuna contra la gripe puede ser contraproducente para nuestro organismo.
“Los chicos, generalmente cuando van creciendo, reciben múltiples vacunas en una misma visita. El sistema inmune en nuestra defensa es extremadamente inteligente y sabe discernir entre una vacuna y otra y lo que tiene que hacer, y una cosa no afecta a la otra”, explicó Hijano. “De hecho, hay evidencia en adultos que se vacunaron con contra corona al virus y contra gripe en el mismo acto en diferentes brazos, y no hubo ningún problema de seguridad o de efectividad para las dos vacunas”.
Canadá tienen un porcentaje de casi el 75% de vacunación entre su población elegible en este momento para recibirla (mayores de 12 años) y muchos se preguntan si, aún con esta alta tasa de vacunación vale la pena que sus hijos se inoculen contra el COVID-19.
Sí, sin duda es sumamente importante vacunar a los chicos, no sólo porque queremos protegerlos a ellos, sino porque También queremos que puedan ir a las escuelas sin exponerse al riesgo de contraer el virus o de si están expuestos a tener que hacer cuarentena en la casa. Además, sabemos que los chicos pueden adquirir el COVID-19 o transmitirlo a otras personas más vulnerables”, dijo Hijano, quien adelantó que los estudios de los efectos de la vacuna contra el COVID-19 en infantes desde los seis meses y hasta los cuatro años ya están realizándose y que no faltaría mucho, si los resultados son positivos, para que se apruebe el uso de la vacuna para este otro grupo de edad.