Rodrigo Díaz M.
La policía de Toronto ha anunciado la creación de equipos de agentes en cada una de las 16 divisiones del servicio policial para hacer cumplir las órdenes de emergencia contra el COVID-19 y dispersar las grandes concentraciones de personas.
Según un comunicado emitido ayer, los equipos, que también trabajan en colaboración con los funcionarios de Toronto Public Health, entrarán en funcionamiento hoy a las 5 PM.
“Nuestros equipos de división se centrarán en las grandes reuniones que no cumplan con las órdenes de emergencia, con un enfoque particular en las reuniones en espacios cerrados, como las fiestas en los alquileres a corto plazo o en los bares y restaurantes”, escribió el superintendente Randy Carter.
El comunicado indica que la policía de Toronto no parará a gente de forma aleatoria y que no se “obligará” a las personas a decir por qué están fuera de sus casas. También se dice que la aplicación de la ley no se llevará a cabo en campamentos o zonas donde se encuentren personas sin hogar.
El documento también señala que la policía no puede entrar en una casa con el único propósito de comprobar que se cumple la orden de permanencia en el hogar de Ontario. Sin embargo, se indica que los agentes pueden entrar si existen “motivos razonables y probables” (por ejemplo, una queja por ruido sobre una fiesta) para sospechar que se está incumpliendo la orden de emergencia.
“Los agentes pueden ejercer su discreción en cada situación y, cuando haya pruebas de incumplimiento, emitirán multas y citaciones para particulares y empresas”, dice el comunicado.
“Se recuerda al público que cuando un agente tiene motivos para sospechar que un individuo puede estar participando en una reunión prohibida, se le permite pedir a la persona que se identifique para emitir una multa o una citación.
“Si la persona se niega a identificarse con este fin, puede ser detenida y, en algunos casos, puede ser acusada de obstruir con la ley”.
La noticia de la estrategia de aplicación de la ley se produjo apenas unos días después de que el gobierno de Ontario se enfrentara a intensas críticas por haber concedido a los servicios policiales de toda la provincia la autoridad temporal para detener aleatoriamente a personas que estuvieran conduciendo y exigirles potencialmente que presentaran una identificación, lo que suscitó la preocupación.
Un día después de que se anunciara la normativa y después de que varios servicios policiales emitieran declaraciones en las que decían que los agentes no detendrían a la gente al azar, el gobierno modificó la normativa y la relajó para centrarse en las grandes reuniones de personas.