Rodrigo Díaz M.
El fabricante de medicamentos Pfizer Inc. ha firmado un acuerdo con un grupo respaldado por la ONU para permitir que otros fabricantes elaboren su píldora experimental contra el COVID-19, una medida que podría poner el tratamiento a disposición de más de la mitad de la población mundial.
En un comunicado emitido esta semana, Pfizer dijo que concedería una licencia para la píldora antiviral al Medicines Patent Pool, con sede en Ginebra, lo que permitiría a las empresas de medicamentos genéricos producir la píldora para su uso en 95 países, que representan alrededor del 53% de la población mundial.
El acuerdo excluye a algunos países grandes que han sufrido brotes devastadores del COVID-19. Por ejemplo, aunque una empresa farmacéutica brasileña podría obtener una licencia para fabricar la píldora para su exportación a otros países, el medicamento no podría fabricarse de forma genérica para su uso en Brasil.
Aun así, las autoridades sanitarias dijeron que el hecho de que el acuerdo se haya alcanzado incluso antes de que la píldora de Pfizer haya sido autorizada en cualquier lugar del mundo, podría ayudar a acabar con la pandemia más rápidamente.
Según los términos del acuerdo, Pfizer no recibirá regalías por las ventas en los países de bajos ingresos y renunciará a las regalías por las ventas en todos los países cubiertos por el acuerdo mientras que el COVID-19 siga siendo considerada como emergencia de salud pública.
A principios de este mes, Pfizer afirmó que su píldora reducía el riesgo de hospitalización y muerte en casi un 90% en personas con infecciones por COVID-19 de leves a moderadas. Expertos independientes recomendaron detener el estudio de la empresa basándose en sus prometedores resultados.
Pfizer dijo que pediría a la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos y a otros organismos reguladores que autorizaran el uso de la píldora lo antes posible.
Desde que estalló la pandemia el año pasado, los investigadores de todo el mundo se han apresurado a desarrollar una píldora para tratar el COVID-19 que pueda tomarse en casa para aliviar los síntomas, acelerar la recuperación y mantener a la gente fuera del hospital. Por el momento, la mayoría de los tratamientos contra el COVID-19 deben administrarse por vía intravenosa o por inyección.
Gran Bretaña autorizó la píldora COVID-19 de Merck a principios de este mes, pero su aprobación esta un pendiente en otros países. En un acuerdo similar con el Medicines Patent Pool, anunciado en octubre, Merck aceptó que otros fabricantes de medicamentos pusieran su píldora contra el COVID-19, molnupiravir, a disposición de 105 países más pobres. La decisión de Pfizer y Merck de compartir las patentes de sus medicamentos COVID-19 contrasta con la negativa de Pfizer y otros fabricantes de vacunas a divulgar sus fórmulas de vacunas para una producción más amplia.