Rodrigo Díaz M.
Ontario está proponiendo una legislación que ayudaría a los inmigrantes con formación internacional a conseguir trabajo en su campo de especialización.
Si se aprueba, la nueva legislación eliminará el principal obstáculo al que se enfrentan los inmigrantes canadienses a la hora de conseguir un trabajo que se ajuste a su cualificación. Es decir, la necesidad de tener experiencia laboral en Canadá para obtener el registro y la licencia profesional.
El cambio se aplica a determinadas profesiones no reguladas por la sanidad, como ingenieros, arquitectos, fontaneros, electricistas, contables, peluqueros y profesores.
En un comunicado de prensa, el ministerio de trabajo aseguró que trabajará con el Ministerio de Sanidad provincial para intentar aplicar estos cambios a las profesiones sanitarias en el futuro.
Los nuevos inmigrantes tampoco tendrán que hacer otro examen de lengua para obtener la licencia profesional, después de haber presentado ya uno a efectos de inmigración.
Además, la provincia permitiría a los solicitantes inscribirse más rápidamente en sus profesiones cuando haya emergencias que creen una necesidad urgente de ciertos trabajadores, como se ha visto durante la pandemia.
Los cambios también garantizarían que el proceso de concesión de licencias se realice de manera oportuna. En la actualidad, los tiempos de concesión de licencias en algunas profesiones pueden tardar hasta 18 meses o más, lo que significa que estos trabajadores no pueden acceder a un empleo durante ese tiempo.
“Ontario se enfrenta a una escasez generacional de mano de obra, con cientos de miles de puestos de trabajo sin cubrir. Sin embargo, con demasiada frecuencia, los recién llegados a esta provincia luchan por encontrar trabajo en su profesión regulada sin más motivo que la burocracia y el papeleo”, dijo Monte McNaughton, ministro de trabajo de Ontario.
“Se trata de personas que a menudo tienen la formación, la experiencia y las cualificaciones necesarias para trabajar en sectores en auge en los que Ontario necesita desesperadamente ayuda, pero a las que se les niega la oportunidad de contribuir”, explicó McNaughton.
“Si se aprueban estos cambios propuestos, Ontario se convertiría en la primera provincia de Canadá en ayudar a nivelar las condiciones de ciertas profesiones reguladas para que los trabajadores que vienen aquí tengan la oportunidad de construir una vida mejor para ellos y sus seres queridos, y construir comunidades más fuertes para todos nosotros”.
McNaughton dijo que sólo el 25% de todos los inmigrantes de Ontario están realmente empleados en su campo de estudio, mientras que 293 mil puestos de trabajo están a la espera de ser cubiertos en la provincia.
Si se resuelve este déficit de cualificación, Ontario podría ver incrementado su PIB en unos 20 billones de dólares.