Rodrigo Díaz M.
El gobierno de Ontario ha rescindido el contrato de detención de inmigrantes con el gobierno federal, siendo la última de una serie de provincias que ponen fin a esta práctica abusiva.
Esta buena noticia llega cuando Quebec y New Brunswick también han confirmado que rescinden sus contratos de detención de inmigrantes con la Agencia de Servicios Fronterizos de Canadá (CBSA). Estas cancelaciones se suman a las de Alberta, British Columbia, Nova Scotia, Manitoba y Saskatchewan.
Desde el lanzamiento de la campaña #WelcomeToCanada en octubre del 2021, ocho de las 10 provincias de Canadá han dejado clara su firme oposición al uso de cárceles provinciales para la detención de inmigrantes. “Las personas que vienen a Canadá para empezar de nuevo y tener una nueva vida merecen una mejor bienvenida que una celda de la cárcel mientras se resuelve el papeleo”, dijo el ministro de seguridad pública de Alberta, Mike Ellis, en enero.
Ontario tiene el mayor número de personas detenidas por motivos de inmigración encarceladas en prisiones provinciales del país.
El uso de las cárceles provinciales para la detención de inmigrantes es punitivo, incoherente con las normas internacionales de derechos humanos y devastador para la salud mental de las personas.
En un informe del 2021, Human Rights Watch y Amnistía Internacional documentaron que las personas pertenecientes a grupos raciales, y en particular las personas de color, son recluidas en condiciones más restrictivas y durante periodos más prolongados en centros de detención de inmigrantes que otros detenidos. Las personas con discapacidades también sufren discriminación durante todo el proceso de detención por motivos de inmigración.
A pocas semanas de que entren en vigor las rescisiones de contratos en varias provincias, el gobierno federal sigue sin tener un plan para los detenidos actualmente en cárceles provinciales por motivos puramente de inmigración. Sin embargo, la CBSA ha empezado a trasladar a personas de las cárceles de Alberta al centro de detención de inmigrantes de British Columbia, a cientos de kilómetros de sus familias y comunidades.