Rodrigo Díaz M.
Como parte de un conjunto de medidas en respuesta a la cifra récord de casos de COVID-19 reportada ayer en Ontario, múltiples fuentes han revelado que el premier Doug Ford y los miembros de su gabinete están estudiando la posibilidad de imponer un toque de queda, restricciones a los viajes y ordenar el cierre de ciertas actividades relacionadas con la construcción.
Las fuentes, que no estaban autorizadas a hablar públicamente, advirtieron que las deliberaciones en la reunión del gabinete de ayer están evolucionando y los temas que se están discutiendo están sujetos a cambios.
También se está considerando, según las fuentes, un mayor endurecimiento de las restricciones a las ventas al por menor no esenciales y la reducción de la recogida de pedidos.
Durante una conferencia de prensa en Queen’s Park ayer por la tarde, la Dra. Barbara Yaffe, jefe médico asociado de salud de Ontario calificó la situación actual de “nefasta”.
“Me gustaría tener mejores noticias que darles”, dijo,
“Llevo más de un año proporcionando actualizaciones de los casos de COVID-19 y en algunas de las conferencias de prensa anteriores me referí a la situación como preocupante e incluso aterradora. Lo que realmente da miedo es que cuando usé esas palabras antes, nuestros índices y nuestras tendencias no estaban ni de lejos donde nos encontramos hoy.”
El lunes, el personal de los hospitales de toda la provincia empezó a suspender indefinidamente las cirugías electivas y los procedimientos no urgentes en un esfuerzo por preservar la capacidad necesaria para tratar a más pacientes con COVID-19.
Los hospitales del norte de Ontario estaban exentos de cancelar los procedimientos no urgentes. Sin embargo, un reciente memorándum de Ontario Health indica que el personal de estos centros debe prepararse para reducir la actividad rápidamente en un futuro próximo.
El memorando también pedía a los hospitales que identificaran al personal que podría ser reasignado a otros hospitales si fuese necesario.