Rodrigo Díaz M.
Gustavo Petro, ex miembro del grupo guerrillero M-19 de Colombia, fue investido el domingo como el primer presidente de izquierda del país en una ceremonia celebrada en la capital, Bogotá.
Unas 100 mil personas, entre las que se encontraban el Rey de España Felipe VI y al menos nueve presidentes latinoamericanos, presenciaron su toma de posesión como jefe de estado y de gobierno ante el jefe del senado, Roy Barreras.
“No quiero dos países, como tampoco quiero dos sociedades. Quiero una Colombia fuerte, justa y unida”, dijo Petro en su discurso de investidura. “Los retos y las pruebas que tenemos como nación exigen un período de unidad y de consensos básicos”.
Petro, cuyo gobierno debería contar con el respaldo de una mayoría de izquierda en el Congreso, pidió a los grupos armados colombianos que “dejen las armas” y acepten beneficios legales “a cambio de la paz”.
También apuntó a las décadas de lucha contra el narcotráfico. “Es hora de una nueva convención internacional que reconozca que la guerra contra las drogas ha fracasado”, dijo.
La jefa de prensa de Petro, Marisol Rojas, aseguró que su nombramiento daría paso a una forma de gobernar más inclusiva en el país.
“Queremos que el pueblo colombiano sea el protagonista”, expresaron los colaboradores de Petro en un comunicado. “Esta toma de posesión será la primera muestra de una nueva forma de gobernar, en la que se respeten todas las formas de vida y en la que quepan todos”.
Petro, de 62 años, ex senador y alcalde de Bogotá, fue elegido por un escaso margen en las elecciones presidenciales de junio como uno de los crecientes grupos de políticos de izquierda que han ido ganando las elecciones en América Latina desde el comienzo de la pandemia del COVID-19, que exacerbó sobre todo las desigualdades sociales en la región.
Los votantes de Colombia han tendido a considerar a los candidatos de izquierda como blandos con el crimen o aliados con las guerrillas que han llevado a cabo una rebelión de décadas en el país.
La nueva vicepresidenta, Francia Márquez, activista medioambiental, también representa un cambio para el país al ser la primera mujer colombiana de color que ocupa dicho cargo.