La legalización de la marihuana con fines recreativos también estuvo en las primeras planas tanto en Canadá como en todo el mundo
Por Oscar Vigil
TORONTO. Si hay una característica que puede definir a cabalidad el país es la estabilidad. Los sobresaltos en la sociedad canadiense no son tan pronunciados ni tan largos, sin embargo, ocurren, y ocurren precisamente en las coyunturas políticas. Las elecciones en Toronto y en Ontario trajeron estos sobresaltos en el 2018.
El 1 de enero de este año Ontario amaneció con buenas noticias: a partir de ese día el salario mínimo seria de $14 la hora, (un incremento de $2.40 sobre la base de $11.60 vigente el año pasado), y se elevaría a 15 dólares la hora a partir del 1 de enero del 2019.
También, los medicamentos recetados este año serian gratis para todos los menores de 24 años en Ontario, un plan que incluía más de 4,400 medicamentos y otros productos farmacéuticos que benefician a más de cuatro millones de niños y jóvenes en toda la provincia. Eran los tiempos en que la provincia de Ontario era gobernada por el Partido Liberal y su Premier Kathleen Wynne.
Cristina Martins, MPP por la zona de Davenport, y muy involucrada con los latinos, se hizo presente durante los primeros días de enero de este año a la farmacia Shoppers Drug Mart ubicada en la zona de las calles Bloor y Dovercourt, en Toronto, para anunciar que más de 67,000 niños y jóvenes, menores de 24 años, de zona de Davenport, podían obtener sus medicamentos recetados de forma gratuita, simplemente mostrando su número de tarjeta de salud de Ontario y una receta médica.
“OHIP+ representa la mayor expansión de Medicare en Ontario en una generación. Desde la creación de Medicare en Canadá, hemos escuchado repetidas peticiones para incluir los medicamentos como parte de un sistema de salud universal financiado con fondos públicos, y este paso es un gran avance hacia la cobertura universal de medicamentos para todos en Ontario”, dijo Cristina Martins.
Sin embargo, muchas cosas cambiaron en la provincia a mediados del año, cuando el 7 de junio triunfó el Partido Conservador en las elecciones y subió al poder el ahora Premier Doug Ford con sus nievas ideas y políticas.
El Partido Conservador desbancó a los Liberales y el NDP quedó como segunda opción en Ontario. No hubo sorpresas, no hubo sobresaltos. Pero sólo cuatro de cada diez residentes en Ontario celebraron, los restantes seis, como mínimo, mostraron preocupación. Sin lugar a duda los resultados de las elecciones del 7 de junio marcaron una nueva pauta para la provincia, así como también para la comunidad hispano / latinoamericana en Ontario.
Doug Ford y su Partido Conservador Progresivo de Ontario (PCO) ganaron las elecciones provinciales dentro de los márgenes que habían pronosticado las encuestas: con el 40.49% del apoyo popular contra el 33.57% obtenido por el Partido Nuevo Demócrata (NDP), su más cercano contrincante. En el fondo, maltrecho, quedó el Partido Liberal de Ontario (LPO) con apenas el 19.50% del favor de los electores.
Con estos números, y en un sistema donde quien gana la mayoría se queda con todo, el Partido Conservador obtuvo un contundente mandato de gobierno de mayoría absoluta al contabilizar 76 diputados, contra 40 del NDP y apenas 7 del Partido Liberal, número que le rescinde el estatus de Partido a este último, de acuerdo con la legislación de la provincia (el mínimo para mantener el estatus era en ese momento 8 diputados).
El Partido Verde obtuvo su primer diputado en la historia electoral, para totalizar los 124 MPPs de los que se compone el Parlamento Provincial.
En una de sus primeras medidas en el poder, el Premier Doug Ford eliminó el planificado aumento al salario mínimo a $15 la hora que entraría en vigor el 1 de enero del próximo año, entre muchas otras medidas que van en contra de los sectores laborales, y ha anunciado que vienen modificaciones a otras legislaciones, entre ellas, muy probablemente, la que dio vida al “OHIP+”.
Siempre en el campo político, la vida en esta región del país estuvo marcada por las elecciones municipales del 22 de octubre en el GTA. Tras un fuerte enfrentamiento político con el nuevo Premier conservador que llegó hasta los tribunales, la ciudad de Toronto celebró elecciones para elegir únicamente a 25 concejales en lugar de los 47 que habían sido planificados.
La provincia, que tiene potestad sobre las municipalidades, introdujo en medio de las elecciones una legislación que redujo el número de concejales de Toronto, y la ciudadanía fue a las urnas para reelegir al alcalde John Tory con una abrumadora mayoría, y escoger a los concejales de su predilección.
En Ottawa, el Primer Ministro Justin Trudeau continuó este año con su agresiva política a favor de la igualdad de la mujer, del respeto de los derechos humanos y de la protección del medio ambiente, último tema que le ha llevado a un enfrentamiento de altos decibeles con los primeros ministros conservadores de tres provincias canadienses, entre ellos Doug Ford.
Durante la presentación del presupuesto para el 2019, el gobierno liberal del Primer Ministro Justin Trudeau anunció una dinámica de inversión principalmente en la industria, que implicará un déficit de aproximadamente 18 billones de dólares, pero que plantea como indispensable para poder continuar con el actual nivel de desarrollo y estabilidad económica que lleva el país. No hay que olvidar que en octubre del 2019 habrá elecciones federales.
Una noticia que acaparó la atención tanto de los canadienses como de la comunidad internacional fue la legalización de la marihuana con efectos recreativos en todo el país. A partir del 17 de octubre la droga tiene venta libre en todo Canadá, aunque obviamente cada provincia ha regulado la forma de venta y la edad permitida para poder comprarla y consumirla.
Canadá se convirtió así en el primer país del mundo desarrollado en liberar el consumo de este estupefaciente, el cual aportará al país una considerable suma de ingresos principalmente a través de los impuestos que genera.
En el tema migratorio, una investigación periodística reveló que la tasa de aceptación de solicitantes de refugio en Canadá es la más alta en 27 años, es decir que Canadá está aceptando a la mayoría de los solicitantes de refugio que llegan. La tasa de aceptación aumentó al 70 por ciento en los primeros nueve meses de 2017, frente al 44 por ciento en el año 2013. La última vez que la tasa de aceptación fue tan alta fue en 1991.
Estos niveles altos de aceptación tienen varias explicaciones, plantean los expertos, como por ejemplo el hecho de que el año pasado las audiencias de refugio se estuvieron desarrollando, en general, a los 45 – 60 días del arribo de los solicitantes a Canadá, por lo que las razones de la huida de las personas de sus países de origen estuvieron más frescas y por lo tanto los jueces de la Junta de Inmigración y Refugio pudieron ser más flexibles con los solicitantes.
Sin embargo, más allá de estas razones, los conocedores del tema plantean que estos números podrían convertirse en un factor que motive un eventual incremento en las solicitudes de refugio en Canadá, y particularmente de los centenares de miles de personas que actualmente viven bajo estados de protección temporal en los Estados Unidos y que una vez lo pierdan podrían dirigir sus pasos hacia el norte.
Finalmente, uno de los acontecimientos más lamentables del año que hizo noticia en el país fue el atentado del lunes 23 de abril en la calle Yonge, al norte de Sheppard, donde un conductor manejando una van asesinó con premeditación y alevosía a 10 inocentes personas que caminaban por la acera junto a la transitada vía.
Una semana después, con la presencia de la gobernadora general Julie Payette, el primer ministro Justin Trudeau, la entonces premier Kethleen Wynne y el alcalde John Tory, más de 25 mil personas se congregaron en el Mel Lastman Square para rendir tributo a las víctimas y apoyar a los sobrevivientes de la tragedia.