Sin embargo, pese a los importantes avances logrados en la lucha contra el racismo y la discriminación racial en las últimas décadas, todavía queda mucho trabajo por hacer.
Por Alexander Terrazas
El racismo es tan antiguo como el hombre y existe en todas las sociedades del mundo. Pero en país profundamente tolerante como Canadá llama la atención escuchar o ver algunos incidentes racistas registrados en Toronto y, según los medios de comunicación, en Vancouver, Montreal y Ottawa, que naturalmente son las grandes ciudades donde más reciben inmigrantes.
Nos centraremos en la ciudad de Toronto y en sus alrededores donde de un tiempo a esta parte, han aflorado afiches y graffitis con leyendas racistas, xenofóbicas y anti-inmigrantes en algunos espacios públicos. Si bien estos carteles vienen apareciendo desde hace varios años atrás, se proliferaron en plena campaña electoral en Estados Unidos y estaban asociados a un movimiento que promovía la identidad blanca y la supremacía de esta raza.
De hecho, la asunción al poder del actual presidente estadounidense, Donald Trump, cuyo discurso sostiene la ‘supremacía blanca’ ha despertado un sentimiento racista respecto a la inmigración y la diversidad cultural, no solamente en Estados Unidos, sino también en Canadá.
Hemos sido testigos de varios casos desagradables en los medios de comunicación en los últimos meses de este año, pero particularmente hay dos hechos que han cobrado notoriedad mediática a nivel internacional. En abril, una pareja de hermanos nacidos en Canadá, descendientes de mexicanos, fueron agredidos verbalmente por un supuesto estadounidense radicado en Toronto por hablar español. Otro caso particular sucedió en junio, cuando una mujer de Mississauga exige a un ‘doctor blanco’ que atienda a su hijo, quien se sentía mal y con dolores de pecho. De hecho, queda como evidencia un video que se viralizó en las redes sociales.
Aunque en la actualidad no existen datos oficiales de la cantidad de casos, las cifras más recientes de la Comisión Canadiense de Derechos Humanos mencionan que en el 2013 se recibieron 1.236 denuncias, de las cuales resolvió 234 y remitió 72 al Tribunal de Derechos Humanos. En el Día Internacional por la Eliminación de la Discriminación Racial, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, dejó claramente sentado que el racismo devalúa a los individuos, divide comunidades y engendra miedo y animosidad. En esa misma línea, la premier de Ontario, Kathleen Wynne, recientemente afirmó que episodios racistas muestran el largo camino que falta para llegar a la verdadera igualdad racial.
Es más, la Carta Canadiense de Derechos y Libertades, en el apartado sobre la Igualdad de derechos, expresa claramente que “toda persona tiene derecho a la igualdad de trato. Todas las personas en Canadá están protegidas contra la discriminación basada en raza, origen nacional o étnico, color, religión, sexo, edad o capacidad física o mental”. Del papel a los hechos, se han logrado importantes avances en la lucha contra el racismo y la prueba tangible es la cantidad de miles de inmigrantes que llegan cada año a vivir en Canadá, donde la diversidad es la fuente de fortaleza y pilar fundamental de éxito.
Ojalá que no se vuelvan a repetir incidentes racistas y actitudes beligerantes contra ningún ser humano, sea estante o habitante de este generoso país. Hacemos un llamado a rechazar el racismo y toda forma de discriminación, peor si estos actos provienen de compatriotas o de países hermanos. Hacemos votos por una convivencia pacífica como verdaderos hermanos, porque si cada uno de nosotros hacemos nuestra parte podemos fortalecer la construcción de un mundo completamente diferente donde reine la paz, la justicia y la tolerancia desde Canadá.