La Navidad se acerca y con ella la tarea de adquirir regalos para familiares y amigos, una actividad que algunas personas disfrutan pero que otras detestan profundamente. No en vano, las compras navideñas pueden suponer un verdadero motivo de estrés. Sin embargo, este año podremos hacerlas con tranquilidad y sensatez. Una psicóloga nos da las claves.
Por Purificación León.
EFE/REPORTAJES
Para papá, para mamá, para mi esposo, para mi hermana, para jugar al amigo invisible con los compañeros de la oficina… Encontrar un regalo adecuado para cada una de las personas a las que queremos obsequiar requiere bastante dedicación, en una época en la que, además, las actividades y compromisos se suelen multiplicar. Así, no es raro llegar a estas fechas tan señaladas más estresados de lo que nos gustaría.
EL FACTOR TIEMPO.
En este sentido, María José Collado Mateo, doctora en Psicología y codirectora del centro Cuarto de Contadores, ubicado en Leganés (Madrid) (http://www.cuartodecontadores.es/), señala que hay varios factores que contribuyen a que la Navidad sea una época estresante para muchas personas, como son el factor tiempo, el factor económico y las expectativas.
“El factor tiempo es relevante porque supone incluir en nuestra rutina un tiempo extra necesario para desplazarnos y realizar las compras pertinentes o para buscar en internet durante horas en el caso de las compras “online”. Encontrar un regalo perfecto y original para cada persona a la que tenemos que regalar conlleva un tiempo considerable”, comenta la especialista.
Además, “la planificación debe ser ajena a las personas a las que vamos a regalar, pues el factor sorpresa supone que tendremos que realizar la compra en un momento en el que quienes van a recibir el regalo no estén presentes. También tenemos que contar con el tiempo extra si lo que buscamos está agotado, hay grandes filas en las tiendas, etc.”, apunta.
Por otro lado está el factor económico, que “resulta especialmente importante para quienes no disponen de los ingresos suficientes que les permitan vivir de manera holgada y soportar adecuadamente los gastos de las compras navideñas. Es decir, en muchas ocasiones, el desembolso en regalos y demás compras no es acorde a la situación económica de la persona. En este caso, no solo aparece el estrés por las condiciones económicas sino también por las expectativas asociadas a la Navidad”, aclara la doctora Collado.
En este sentido, detalla que para muchas personas las fiestas de fin de año están cargadas de expectativas. “Tratamos de cumplir con el regalo perfecto, la fiesta perfecta e intentamos que la Navidad sea mágica. Al fin y al cabo, es lo que nos han vendido desde que tenemos memoria. Así, año tras año, nos esforzamos para que la Navidad sea lo que debe ser”, explica.
“Sin embargo, chocamos continuamente con esa idea. El regalo perfecto siempre es mejorable; la persona que lo recibe no siempre aprecia nuestro esfuerzo como esperamos; la fiesta perfecta acaba siendo más parecida a una continuación de las antiguas disputas y rencillas familiares y se nos van juntando una serie de decepciones”, indica la especialista.
A veces, además, dichas decepciones se arrastran de un año al siguiente “con el pensamiento de ‘este año no me va a pasar lo de siempre, este año voy a ….’ Esto añade una presión extra al factor tiempo y al factor económico mucho antes de que llegue la época de Navidad”, manifiesta la experta.
CUIDADO CON LAS EXPECTATIVAS.
Para minimizar el estrés que suponen las compras navideñas, la doctora Collado indica que debemos reflexionar sobre nuestras expectativas.
“Es improbable que todo sea perfecto, por lo que deberíamos pensar: ¿Qué es lo mejor que puedo conseguir con el tiempo y el dinero del que dispongo?”, recomienda.
“Las navidades mágicas suelen estar más ligadas a no meternos en antiguas rencillas familiares y a valorar y agradecer lo que los demás hacen por nosotros (independientemente de que no sea tan perfecto como nos gustaría) que a nada que podamos comprar. Es decir, ningún regalo será suficiente si no podemos aparcar antiguas discusiones y rencores”, asegura.
Por otro lado, “debemos ser coherentes con el tiempo del que disponemos. Una buena gestión del tiempo exige dedicar un momento a hacer un listado de aquello que queremos comprar y planificar nuestro itinerario de compras. Esta planificación debe ser acorde a un presupuesto realista según nuestra situación económica que nos permitirá, además, comparar precios con mayor facilidad, por lo que haremos un uso más eficaz de nuestro tiempo y de nuestro dinero”, destaca la psicóloga.
“Realizar las compras de una forma bien planificada y con una correcta gestión del dinero ayudará, en gran medida, a reducir el estrés, sobre todo si somos realistas en cuanto a las expectativas sobre la Navidad”, concluye.