“Es hermoso, cayo militando, y es todo un símbolo; me gustaría irme de forma parecida”, dijo Mujica con lágrimas en los ojos a la prensa durante el velatorio del fallecido, que tiene lugar hoy en el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo, en Montevideo.
Mujica declaró que hoy no es día para hacer “balance” de la gestión de Batlle, sino para el “homenaje” y que con su muerte se va “un pedazo del siglo XX”.
“Le damos despedida a un luchador por sus idas”, exclamó Mujica.
“Atrincherados cada cual en sus reflejos y en sus convicciones tenemos que rendir honor a aquellos que pusieron toda su existencia en el acierto y en el error para ayudar a la marcha del país, por eso no es hora del balance, eso que lo hagan los historiadores”, agregó el expresidente.
Mujica resaltó que Batlle “doblaba a la derecha” y él a la izquierda” pero no que eso no quiere decir que no le rinda su “homenaje y consideración”.
“De mis labios no va a salir ni una sola crítica a pesar de que me peleé (con él) durante 40 años”, exclamó.
El también expresidente Luis Alberto Lacalle (1990-1995) manifestó a la prensa que Batlle fue su amigo y a la vez su adversario, “categorías que caben dentro de una relación humana” si se saben delimitar bien.
“Fue un gran patriota y un hombre de una honestidad intachable contra quien no pudo toda la calumnia y toda la bajeza que se le puso en el camino. Ya era grande en vida y lo va a ser en el recuerdo de todos”, concluyó Lacalle.
Batlle, que hoy hubiera cumplido 89 años, falleció en el Sanatorio Americano de Montevideo, adonde fue trasladado dos días después de que el pasado 14 de octubre sufriera en la ciudad de Tacuarembó (en el norte de Uruguay) un traumatismo craneal tras una caída.
El Ejecutivo decretó duelo oficial para todo el día de hoy con honras fúnebres y bandera a media asta en todas las reparticiones del Estado, tanto dentro del país como en el exterior.
El exmandatario de la fuerza de centroderecha Partido Colorado nació en Montevideo el 25 de octubre de 1927 y proviene de una familia que llegó a Uruguay desde la ciudad española de Sitges, 200 años atrás.
Fue diputado, senador y candidato a presidente por el Partido Colorado en cinco oportunidades, logrando ser elegido mandatario en su quinto intento, en las elecciones de 1999, cuando contaba con 72 años de edad.
El mandato de Batlle estuvo principalmente marcado por la gestión de la grave crisis económica que azotó al país en 2002.
Su presidencia fue la cuarta de una saga familiar que comenzó con su bisabuelo, Lorenzo Batlle y Grau, mandatario entre 1868 y 1872; continuó con su tío abuelo, José Batlle y Ordóñez, quien dirigió al país en tres ocasiones, 1899, 1903-1907 y 1911-1915; y prosiguió con su padre, Luis Conrado Batlle Berres, que desempeñó la primera magistratura en los periodos 1947-1951 y 1954-1958.
Mujica: Batlle “cayó militando, me gustaría irme de forma parecida”
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