Rodrigo Díaz M.
Un intenso terremoto de magnitud 7,8 sacudió a primera hora de ayer amplias zonas de Turquía y Siria, derrumbando cientos de edificios y matando a más de cinco mil personas.
Se cree que todavía hay cientos de personas atrapadas bajo los escombros, y se espera que el número de víctimas aumente mientras los equipos de rescate buscan entre los escombros en ciudades y pueblos de la zona.
A ambos lados de la frontera, los residentes que se habían despertado sobresaltados por el sismo salieron a la calle en una noche fría, lluviosa y nevada. Los edificios se redujeron a montones de pisos aplastados, mientras continuaban las réplicas, algunas casi tan fuertes como la primera.
Los equipos de rescate y los habitantes de varias ciudades buscaban supervivientes entre marañas de metal y hormigón. En Turquía se derrumbó un hospital y se evacuó a pacientes, incluidos recién nacidos, de instalaciones situadas en Siria.
El sismo, que se sintió en lugares tan lejanos como El Cairo, tuvo su epicentro al norte de Gaziantep, capital de provincia turca.
En el lado sirio, la franja afectada se divide entre el territorio controlado por el gobierno y el último enclave de la oposición en el país, rodeado por las fuerzas gubernamentales respaldadas por Rusia. Turquía, por su parte, acoge a millones de refugiados de ese conflicto.
En las regiones sirias controladas por la oposición viven unos cuatro millones de personas desplazadas de otras partes del país por los combates. Muchos de ellos viven en edificios que ya están destrozados por los bombardeos del pasado. Cientos de familias seguían atrapadas entre los escombros, según informó en un comunicado la organización de emergencia de la oposición, los Cascos Blancos.
Las instalaciones sanitarias y los hospitales se llenaron rápidamente de heridos, según los equipos de rescate. Otros tuvieron que ser vaciados, incluida una maternidad, según la organización médica SAMS.
La región se asienta sobre importantes fallas geológicas y se ve sacudida con frecuencia por terremotos. Unas 18 mil personas murieron en un sismo de la misma intensidad que sacudió el noroeste de Turquía en 1999. El Servicio Geológico de Estados Unidos midió el sismo del lunes en 7,8 grados. Según las autoridades, se produjeron al menos 20 réplicas, una de ellas de 7,5 grados.
Se informó del derrumbe de edificios en una amplia zona que se extiende desde las ciudades sirias de Alepo y Hama hasta la turca Diyarbakir, a más de 330 kilómetros al noreste.
Cerca de tres mil edificios se vinieron abajo en Turquía. Un hospital se derrumbó en la ciudad costera mediterránea de Iskanderoun.
Decenas de países, así como la Unión Europea y la OTAN, ofrecieron ayuda, desde equipos de búsqueda y rescate hasta suministros médicos y dinero.
Hoy por la mañana el presidente turco, Erdogan, declaró el estado de emergencia en el país por al menos los tres próximos meses.
El gobierno de Canadá inicialmente estará enviando unos 10 millones de dólares para ayudar en los esfuerzos de rescate y reconstrucción.