Por Raúl A. Pinto.
Testigo de hecho históricos como la Gran Depresión, las Guerras Mundiales, el hundimiento del Titanic y la Revolución Rusa, Ellen Gibb, nacida en 1905, falleció en North Bay, Ontario, a los 114 años y 40 días.
Global News informó que Gibb murió la noche del miércoles 5 de junio en un asilo de ancianos, no sólo era considerada la ciudadana canadiense más longeva, sino además la persona más anciana en Norteamérica y la novena persona más antigua de todo el planeta.
La familia de la fallecida dijo en un comunicado que Ellen se mantuvo “lúcida y carismática hasta el final de su vida.”
Nacida como Ellen Box, y conocida por su apodo “Dolly”, vino al mundo el 26 de abril de 1905 en la ciudad de Winnipeg. Su padre era John Box, comerciante escocés-canadiense que buscó hacer fortuna durante la fiebre del oro en el área de Klondike. Su madre, en tanto, era Virginia Beauvette, una mujer en parte de la etnia indígena Métis, que murió cuando Ellen tenía cinco sólo cinco años, dejando a su padre viudo y a cargo de una familia conformada por ella y sus hermanos Norah, Art, Jimmy, Alex y Elizabeth.
Dolly trabajó en las tiendas Eaton en Winnipeg, y su nieto Dave Crozier cuenta que esto le dio un gran sentido de la moda.
“Ella siempre vestía bien, incluso la recuerdo cortando el césped mientras usaba un vestido negro. De hecho, comenzó a usar pantalones cuando cumplió 100 años “, dijo Crozier.
Ellen se casó con Dave Gibb en 1928, y tuvo dos hijas, Eleanor, en 1928, y Sue, en 1939. Esta última aún se mantiene con vida. Dave falleció en 1968, y Eleanor en 1991
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Dolly era una celebridad en Thunder Bay, donde vivió hasta que se trasladó al asilo donde se encontraba al momento de fallecer. En los 80’s ganó 250 mil dólares que repartió a su familia, y debido a su avanzada edad incluso llegó a recibir un saludo desde el espacio por parte del astronauta canadiense David Hadfield.
Además de su hija Sue Crozier, le sobreviven nueve nietos, 22 bisnietos y 12 tataranietos.














