Rodrigo Díaz M.
Se podría pensar que el COVID-19 está desapareciendo. Se están poniendo en marcha nuevas vacunas de refuerzo actualizadas para proteger mejor contra las variantes que circulan actualmente.
Se han levantado las recomendaciones de cuarentena y distanciamiento contra el COVID-19 en muchos países, más personas se han despojado de sus máscaras y han vuelto a las actividades previas a la pandemia.
Pero los científicos dicen que no. Predicen que el COVID-19, que ya ha durado más que la pandemia de gripe de 1918, perdurará en el futuro.
¿Una de las razones por las que ha durado tanto? Se ha vuelto cada vez mejor para burlar la inmunidad de la vacunación y la infección anterior.
Los científicos señalan que las nuevas investigaciones sugieren que la última variante omicrónica que está ganando terreno, la BA.4.6. Los científicos temen que el virus siga evolucionando y dicen que es probable que COVID-19 esté con nosotros durante el resto de nuestras vidas.
Los expertos prevén que el COVID-19 se convierta algún día en endémico, es decir, que aparezca regularmente en determinadas zonas según patrones establecidos. Pero no creen que sea muy pronto.
El COVID-19 seguirá causando enfermedades graves en algunas personas.
Los científicos esperan que se produzcan más cambios genéticos que afecten a partes de la proteína de la espiga que tachona la superficie del virus, permitiendo que se adhiera a las células humanas.
Pero es probable que el virus no siga siendo más transmisible para siempre.
Si el nivel básico de inmunidad de la humanidad aumenta considerablemente, el ritmo de las infecciones, y con ello la aparición de variantes más contagiosas, debería disminuir. Pero existe la posibilidad de que el virus mute de forma que cause síntomas más graves.
Aunque los científicos esperan que eso continúe, también señalan que la inmunidad disminuye gradualmente.
Omicron lleva existiendo desde finales del año pasado, con una serie de versiones supertransmisibles que se han ido desplazando rápidamente, y Binnicker cree que “eso continuará al menos durante los próximos meses”.
La vacunación no sólo protege contra los síntomas más graves y la muerte, sino que aumenta el nivel de inmunidad a nivel mundial.
Se pueden evitar miles de muertes y millones de hospitalizaciones si la gente se continúa vacunando.
La gente también puede seguir protegiéndose tomando otras precauciones como, por ejemplo, el uso de mascarillas en espacios cerrados.