Rodrigo Díaz M.
En medio de la actual batalla de Canadá contra los prolongados tiempos de espera en las salas de urgencias y los problemas de personal en los hospitales, una nueva encuesta revela que muchos están dispuestos a viajar al sur en busca de una atención sanitaria oportuna, aunque ello implique pagar de su bolsillo.
La encuesta de Ipsos, reveló que el 42% de los encuestados iría a Estados Unidos y pagaría personalmente por una atención sanitaria más rutinaria si fuera necesario. Esto supone un aumento de 10 puntos porcentuales con respecto a enero del 2023.
Y el 38% de los encuestados dijo que viajaría a Estados Unidos y pagaría personalmente la atención de urgencia (nueve puntos más que hace un año).
El sondeo de Ipsos se produce en un momento en que las provincias siguen luchando contra la escasez de médicos de familia, la escalada de los tiempos de espera para las intervenciones quirúrgicas y el aumento de los atascos en los servicios de urgencias.
En febrero del 2023, el gobierno federal ofreció a las provincias y territorios un acuerdo de financiación sanitaria por valor de unos 196 billones de dólares en 10 años, incluidos 46,2 billones de nuevos fondos.
Hasta el lunes, todas las provincias y territorios habían aceptado en principio el acuerdo sanitario, excepto Quebec.
El mes pasado, Ontario fue la última provincia en firmar un acuerdo de financiación de la sanidad por valor de 3.1 billones de dólares que permitirá a la provincia contratar más personal sanitario, hacer frente a los atrasos quirúrgicos y actualizar su sistema de datos digital.
En cuanto a esta financiación, los canadienses tienen muchas opiniones, según la encuesta de Ipsos.
Más de cuatro de cada 10 encuestados creen que las provincias deberían recibir más dinero del gobierno federal para sanidad, y que deberían decidir cómo gastarlo. Los habitantes de Quebec se muestran más de acuerdo (53%) que los de Ontario (37%).
Además, el 58% de los encuestados sugirió que las provincias deberían presentar al gobierno federal un plan detallado con sus estrategias para mejorar la prestación de asistencia sanitaria a cambio de una mayor financiación.
Muchos canadienses creen que las provincias deberían ejercer un control más específico sobre los fondos, asignándolos a funciones concretas como reducir los tiempos de espera en urgencias y abordar los retrasos en las intervenciones quirúrgicas.
La encuesta de Ipsos también examinó las actitudes de los canadienses hacia la privatización de la atención sanitaria, un concepto que Ontario ha estado explorando cada vez más.
En la encuesta, el 63% de los encuestados dijeron que apoyarían la asistencia sanitaria privada para quienes pudieran permitírsela. Y el 60% dijo que apoyaría la prestación privada de servicios sanitarios financiados con fondos públicos.