Rodrigo Díaz M.
Según un nuevo estudio, más de 170 mil pacientes de Ontario perdieron a sus médicos de familia en los primeros seis meses de la pandemia de COVID-19.
El estudio, dirigido por Unity Health Toronto y el instituto de investigación sin ánimo de lucro ICES, descubrió que el número de médicos de familia que dejaron de trabajar se duplicó entre marzo y septiembre de 2020 en comparación con el mismo periodo del año anterior.
Esto equivale a casi el 3% de los médicos de familia que ejercen en Ontario, dijeron las autoridades.
En promedio, entre abril y septiembre desde 2010 hasta 2019, los investigadores dicen que alrededor del 1,6% de los médicos de familia dejaron de trabajar.
“Casi 1,8 millones de habitantes de Ontario no tienen un médico de familia regular”, dijo en un comunicado la Dra. Tara Kiran, autora principal del estudio y médico de familia en el Hospital St. Michael de Unity Health Toronto.
“Nuestros hallazgos sugieren que las cosas sólo van a empeorar, lo que es realmente preocupante porque la medicina de familia es la puerta principal de nuestro sistema de salud”.
El estudio reveló que unos 385 de los 12 mil médicos dejaron de ejercer, y que los que lo hicieron tenían más probabilidades de tener 75 años o más y atender a menos de 500 pacientes.
Los resultados también sugieren que muchos de estos médicos se acercaban a la jubilación y aceleraron sus planes durante la pandemia.
El estudio subraya que no puede demostrar que la pandemia fuera una causa directa del éxodo y cita otras posibles razones, como la preocupación por la salud, el aumento de los costes de la consulta debido a las medidas de prevención y control de infecciones, la caída de los ingresos por la reducción de las visitas y el agotamiento.
Los investigadores también señalaron que, aunque 385 médicos no parecen ser tantos si se considera el número total de médicos de familia en Ontario, “más de la mitad de los médicos que dejaron de trabajar tenían pacientes inscritos formalmente en su lista, y se calcula que los médicos atendían a más de 170 mil pacientes”.
“La escasez de médicos de familia y otros proveedores de atención primaria es un problema complejo en todo Canadá relacionado con el envejecimiento de los médicos y los pacientes, el aumento de la complejidad de los pacientes y del sistema, la disminución del interés por la medicina de familia entre los graduados de las facultades de medicina y la mala distribución de la mano de obra, que afecta especialmente a las zonas rurales”, dijo en un comunicado el Dr. Rick Glazier, coautor del estudio.
“Estos factores preexistentes se han visto exacerbados por la pandemia y exigen cambios fundamentales en la forma en que nos organizamos, pagamos, apoyamos y prestamos atención”.
Como resultado, los investigadores piden una reevaluación del modelo de pago para los médicos de familia, diciendo que el modelo necesita crear un ingreso más predecible y proporcionar a los médicos flexibilidad. También sugieren que se amplíen los equipos de atención primaria para incluir a otros profesionales sanitarios, como trabajadores sociales, farmacéuticos y enfermeros.