Rodrigo Díaz M.
Moderna espera ofrecer en otoño refuerzos actualizados de COVID-19 que combinen su vacuna original con la protección contra la variante Omicron.
Todas las vacunas actuales contra el COVID-19 se basan en la versión original del virus. Pero el virus sigue mutando, y la variante supercontagiosa Omicron y la subvariante BA.2 la última amenaza.
Antes de que apareciera Omicron, Moderna estaba estudiando una vacuna combinada que añadía protección contra una variante anterior denominada Beta.
Hoy, la empresa dijo que las personas a las que se les administró esa combinación de vacuna original produjeron más anticuerpos capaces de combatir varias variantes, incluida Omicron, que los activadores de refuerzo habituales de hoy.
Aunque el aumento de anticuerpos fue modesto, el objetivo de Moderna es producir una vacuna combinada que ataque específicamente a Omicron.
“Estos resultados nos dan esperanzas de que el próximo paso funcione aún mejor”, dijo la Dra. Jacqueline Miller, vicepresidenta de Moderna.
Las vacunas COVID-19 siguen proporcionando una fuerte protección contra los síntomas más graves de la enfermedad, la hospitalización y la muerte, incluso contra Omicron.
Esa variante es tan diferente del coronavirus original que se escabulle más fácilmente de las defensas del sistema inmunitario, aunque los estudios realizados en los Estados Unidos y otros países muestran que una dosis de refuerzo original ayuda a reforzar la protección contra el virus
Algunos países ofrecen a las personas especialmente vulnerables una segunda dosis de refuerzo; en los Estados Unidos, se trata de personas de 50 años o más o de personas con un sistema inmunitario muy debilitado. En Canadá a las personas de 60 años o más, o con problemas en su sistema inmunitario.
Las autoridades sanitarias han dejado claro que recibir vacunas de refuerzo cada pocos meses no es la respuesta al virus mutante, por lo que se ha empezado a deliberar sobre cómo decidir si cambiar la fórmula de la vacuna y cuándo hacerlo.
El simple hecho de cambiar a una vacuna dirigida a la última variante es arriesgado, porque el virus podría volver a mutar. Por ello, tanto Moderna como su rival Pfizer están probando lo que los científicos denominan vacunas “bivalentes”: una mezcla de la vacuna original de cada empresa y una versión dirigida a Omicron.