Rodrigo Díaz M.
La Comisión Lancet sobre Mujer, Poder y Cáncer, así como el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) de la Organización Mundial de la Salud, han hecho públicas esta semana sus conclusiones al respecto.
Según los investigadores, 5,3 millones de adultos de entre 30 y 69 años murieron prematuramente de cáncer en el 2020 en todo el mundo. De ellos, 2,3 millones eran mujeres.
Los resultados sugieren que la prevención podría haber evitado aproximadamente dos tercios de esas muertes.
“A nivel mundial, existen marcadas desigualdades entre los países para alcanzar la meta de reducir la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles, incluido el cáncer, establecida por los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas”, dijo en un comunicado de prensa la Dra. Isabelle Soerjomataram, jefa adjunta de la Subdivisión de Vigilancia del Cáncer del CIIC y copresidenta de la Comisión Lancet sobre Mujer, Poder y Cáncer.
La investigación constató que las muertes prematuras por cáncer en mujeres eran mayores en los países con un Índice de Desarrollo Humano (IDH) bajo, una medida de las Naciones Unidas que incluye diversos factores, como el nivel de vida.
Más allá de la pérdida de vidas, los investigadores afirman que se calcula que un millón de niños de todo el mundo se quedaron sin madre a causa de estas muertes prematuras.
Los investigadores señalan cuatro factores de riesgo principales que, de haberse abordado, podrían haber evitado casi un tercio, o 1,3 millones, de todas las muertes por cáncer en mujeres de todas las edades. Se trata del tabaco, el consumo de alcohol, el elevado peso corporal y las infecciones.
Sin embargo, los investigadores señalan un estudio según el cual sólo el 19% de las mujeres del Reino Unido que se habían sometido a pruebas de detección del cáncer de mama sabían que el consumo de alcohol es un importante factor de riesgo.
El análisis también señala que existe una relación cada vez mayor entre algunos productos comerciales -como ciertos implantes mamarios, aclarantes de la piel y alisadores del cabello- que pueden aumentar el riesgo de cáncer en la mujer.
Los investigadores citan un estudio realizado en ocho países asiáticos según el cual la gran mayoría de las mujeres con cáncer gastaron el 30% o más de sus ingresos familiares anuales en gastos médicos y medicinas durante el año siguiente al diagnóstico.
Entre las soluciones que piden los investigadores figura un “nuevo plan para la atención oncológica de mujeres, en la que los sistemas sanitarios, el personal oncológico y los ecosistemas de investigación sean más inclusivos y respondan mejor a las necesidades y aspiraciones de todas las mujeres, ya sean pacientes, cuidadoras o investigadoras, reduciendo así la carga mundial del cáncer”.