Rodrigo Díaz M.
Un informe de las Naciones Unidas calcula que la Tierra está alcanzando entre 2,5 y 2,9 grados centígrados de calentamiento global desde la era preindustrial, lo que supondría superar con creces el umbral climático internacional acordado.
Para mantener el calentamiento en el límite de 1,5 grados Celsius adoptado por el acuerdo climático de París del 2015, los países tienen que reducir sus emisiones en un 42% para finales de la década, según el informe Emissions Gap del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Las emisiones de carbono procedentes de la combustión de carbón, petróleo y gas aumentaron un 1,2% el año pasado, según el informe.
Este año la Tierra ha tenido un anticipo de lo que está por venir, según el informe, que sienta las bases para las conversaciones internacionales sobre el clima que tendrán lugar a finales de este mes.
Hasta finales de septiembre, la temperatura promedio mundial diaria superó en 86 días los 1,5 grados centígrados registrados a mediados del siglo XIX, según el informe. Pero esa cifra aumentó a 127 días porque casi todas las dos primeras semanas de noviembre y todo octubre alcanzaron o superaron los 1,5 grados, según el servicio climático europeo Copernicus. Eso supone el 40% de los días de lo que va de año.
El viernes pasado, el planeta alcanzó los dos grados centígrados (3,6 grados) por encima de los niveles preindustriales por primera vez en la historia, según la subdirectora de Copernicus, Samantha Burgess.
“Es realmente un indicio de que ya estamos asistiendo a un cambio, a una aceleración”, afirmó la autora principal del informe, Anne Olhoff, del grupo danés de estudios sobre el clima Concito. “Basándonos en lo que nos dice la ciencia, esto es como un susurro. Lo que habrá en el futuro será más bien un rugido”.
El objetivo de 1,5 grados se basa en un periodo de tiempo medido a lo largo de muchos años, no de días, dijeron los científicos. Según informes anteriores, la Tierra alcanzaría ese límite a largo plazo a principios de 2029 si no se producen cambios drásticos en las emisiones.
Para evitar que eso ocurra, los países del mundo tienen que plantearse objetivos más estrictos para reducir las emisiones de dióxido de carbono y aplicar políticas para actuar en consecuencia.
En los dos últimos años, sólo nueve países han establecido nuevos objetivos, por lo que no se ha movido la aguja, pero algunos, entre ellos Estados Unidos y Europa, han puesto en marcha políticas que mejoran ligeramente las perspectivas.
La Ley de Reducción de la Inflación de Estados Unidos, que prevé un gasto de 375 billones de dólares en energías limpias, reduciría para 2030 las emisiones anuales de dióxido de carbono en unos 990 millones de toneladas métricas.
El secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, reiteró su llamamiento a los países para que eliminen progresivamente el uso de combustibles fósiles a tiempo de mantener vivo el límite de 1,5 grados, diciendo que “de lo contrario, simplemente estamos inflando los botes salvavidas mientras rompemos los remos”.