Rodrigo Díaz M.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, volvió a prometer “aplastar y destruir” a Hamás tras formar un gabinete de guerra en respuesta al violento conflicto que ha causado más de 4.200 muertos en ambos bandos.
La única central eléctrica de Gaza se ha quedado sin combustible, y los ataques aéreos israelíes han reducido a escombros manzanas enteras del pequeño enclave costero y han dejado un número desconocido de cadáveres bajo montones de escombros.
Las represalias israelíes por el ataque sorpresa inicial de militantes de Hamás sacudieron el Oriente Medio, y el ejército israelí ha indicado que planea una ofensiva terrestre para acabar con los militantes de Hamás.
Israel afirma que unos dos mil militantes de Hamás murieron dentro de territorio israelí, y que cientos de los muertos dentro de Gaza son miembros de Hamás.
La Casa Blanca informó que el número de estadounidenses muertos en el conflicto ha aumentado a 22, y que otros 17 siguen en paradero desconocido. Hasta ahora se ha reportado a muerte de seis canadienses. Se cree que Hamás ha tomado como rehenes a un número indeterminado de ciudadanos estadounidenses.
Se calcula que los militantes de Gaza mantienen secuestradas a unas 250 personas procedentes de Israel. Se cree que entre ellas hay soldados, hombres, mujeres, niños y ancianos.
La única central eléctrica de Gaza se quedó sin combustible la semana pasada, lo que obligó a cerrarla después de que Israel cortara el suministro. Sin ella, sólo los generadores podrán suministrar energía al territorio.
La comisión de investigación de la ONU para la región advirtió de que ha estado recopilando y conservando pruebas de “crímenes de guerra” presuntamente cometidos tanto por Hamás como por las fuerzas israelíes desde el ataque del sábado por parte de Hamás.
Israel ha movilizado a 360 mil reservistas y parece cada vez más probable que lance una ofensiva terrestre en Gaza, con su gobierno sometido a una intensa presión pública para derrocar a Hamás, que gobierna el territorio desde el 2007 y ha mantenido firmemente el control durante cuatro guerras anteriores.
En Gaza, más de 250 mil personas han abandonado sus hogares, según la ONU, la mayor cifra desde que en el 2014 una ofensiva aérea y terrestre de Israel desarraigara a unas 400 mil.
La gran mayoría se refugia en escuelas gestionadas por la agencia de la ONU para los refugiados palestinos. Los daños en tres instalaciones de agua y saneamiento han dejado sin servicio a cientos de miles de personas, según la ONU.