De nuestra redacción:
Más de 80 instalaciones de atención de la salud y refugios de Toronto están experimentando brotes de COVID-19, ya que los expertos advierten que los nuevos casos diarios de la ciudad podrían seguir aumentando, aunque el número de casos en toda la provincia se esté estabilizando.
Los últimos datos disponibles de Toronto Public Health revelan un escenario sombrío del alcance generalizado de la pandemia en muchos de los entornos densamente poblados de la ciudad.
En toda la ciudad se están produciendo por lo menos 45 brotes en instalaciones de atención a largo plazo, junto con 14 hogares de ancianos, 13 hospitales y 9 refugios y casas de retiro.
En total, se han notificado 102 muertes (principalmente en hogares de atención a largo plazo) y mil casos en estos sitios de Toronto hasta la fecha, incluidos 929 casos en centros de atención de la salud y 69 en el sistema de refugios.
Esos casos constituyen cerca de un tercio de las 3 mil personas infectadas en toda la ciudad, y el recuento total de casos de Toronto representa aproximadamente un tercio de los aproximadamente 9.500 casos notificados en todo Ontario.
Toronto Public Health define los brotes como un aumento localizado en una institución, o en una sala o piso específico dentro de una institución, de la tasa de infección o enfermedad, “por encima de las espectativas”.
Actualmente, las directrices no recomiendan la realización de pruebas a todas las personas en cuidados a largo plazo o en otros lugares de reunión, sino que se centran principalmente en las personas con síntomas.
El acceso a esas pruebas para la gran población sin hogar de la ciudad es también un tema clave.
Si bien muchas personas que carecen de vivienda pueden presentar síntomas y ajustarse a los criterios de la provincia para someterse a las pruebas, no se administran directamente en el sistema de refugios de la ciudad, lo que obliga a un número cada vez mayor de personas que carecen de vivienda a utilizar las salas de emergencia del centro de la ciudad.
Los resultados de las pruebas tardan al menos un día en llegar, por lo que están en el refugio junto con docenas de personas a la vez y es en esas áreas cerradas en donde existe el mayor riesgo de que la gente transmita el virus a otros pacientes y al personal.