Por Peter Petch
Completar el programa con buenas notas depende de uno, pero encontrar empleo no tanto, hay varios factores externos que están fuera del control de uno.
Thomas Friedman, en su libro “Thank You for Being Late”, sugiere que estamos experimentando uno de los puntos de inflexión más grandes de la historia y que esta situación es causada por la aceleración conjunta de las fuerzas de la tecnología, la globalización y del cambio climático. Estos cambios nos desestabilizan a casi todos porque estamos acostumbrados a crecimientos lineales y el crecimiento hoy es exponencial.
Para la educación esto lleva a cambios importantes. En un modelo lineal, de crecimiento continuo pero constante, era suficiente consolidar la base sólida ofrecida por una carrera tradicional de cuatro años, quizás actualizándola con un grado o certificaciones posteriores. La decisión de qué estudiar era importante, pero las opciones ofrecidas eran limitadas a las carreras tradicionales.
Creo que en esas épocas era más fácil transitar entre carreras una vez graduados. Por ejemplo, yo estudie un tema muy técnico, ciencias e instrumentación de la fotografía, y he pasado el grueso de mi vida profesional en empresas relacionadas al mercadeo y publicidad. He trabajado con abogados, economistas e ingenieros con responsabilidades similares.
Pero hoy en día, con las aceleraciones mencionadas, se estima que el conocimiento global se podría estar duplicando cada once horas (de acuerdo a una proyección realizada por IBM hace unos años). ¿Cómo pueden las instituciones educacionales actualizar programas si once horas después de presentados ya estarían desactualizados? Otra tendencia generada por esta aceleración exponencial es la de especialización. Se ha dado una explosión en la cantidad de instituciones, programas y certificaciones. Ser un generalista no es una opción hoy día.
Parece que lo importante es prepararse para un proceso de aprendizaje de por vida (life-long learning), desarrollar habilidades sociales (soft-skills) y, según Thomas Friedman, STEMpathy.
El tema de aprendizaje de por vida se hace evidente por la rapidez en la evolución del conocimiento, en todas sus ramas. Titularse y echarse sobre sus laureles no es una opción, si uno quiere mantenerse vigente, y empleado.
Las habilidades sociales que incluyen comunicación, carácter, actitud, inteligencia emocional, saber lo que uno quiere y cómo hacerlo (el énfasis en acción es crítico) entre otras son imprescindibles en una época de colaboración. Nadie lo sabe todo y trabajar en equipo es la única forma de cubrir la máxima área en la cancha en que uno juega.
STEMpathy se refiere a los empleos que combinan conocimientos de ciencia, tecnología, ingeniería y/o matemáticas y empatía. Parafraseando a Friedman, si una computadora tiene todo el conocimiento habido sobre el cáncer, quiero un doctor que sepa hacer las preguntas correctas y comunicarme las respuestas de forma humana, con compasión.
Como padres y madres el reto es difícil, cómo orientar a nuestros hijos e hijas en sus proyectos de educación en un mundo que ha cambiado tanto. Creo que vamos a tener que confiar mucho en ellos e inculcarles la curiosidad permanente, identificando qué los apasiona, promoviendo su interés e incentivando a que lo conviertan en acciones (escribir, ser voluntario, programar, construir, etc.), ayudarlos a desarrollar sus habilidades sociales (muchas veces con el ejemplo) y a promover la ciencia y la tecnología.
*Peter Petch trabaja con una fundación que promueve el acceso a la educación post-secundaria.