Por Alejandro A. Morales
TORONTO. Para muchos, el sueño de la tercera edad es llegar a una jubilación con buena salud y con mucho tiempo libre para “descansar”, como les desean todas las personas de su entorno. Sin embargo, cuando disponemos de ese tiempo no sabemos qué hacer con él, aunque para muchos comienza a germinar la idea de viajar.
Inicialmente, si no hemos sido grandes viajeros en nuestra juventud, el viajar se presenta como muy complicado y es algo que nos saca de nuestras rutinas, donde el trabajo y otras obligaciones nos dieron pocas oportunidades de emprender vuelo. Es por esa razón que en conversaciones con nuestros amigos y parientes nos damos cuenta de que el viajar en grupo es mucho más apropiado a nuestra edad permitiendo, al mismo tiempo, estrechar nuestras relaciones de amistad.
La programación del viaje no es tan fácil como parece, especialmente para todos aquellos que estaban acostumbrados a una rutina laboral. Dar el primer paso es todo un reto. Ser mayor, sénior o viejo, o como quieran llamarlo, no está reñido con la pasión por los viajes. Si el dinero alcanza, y la salud lo permite, muchas personas prefieren apagar el televisor y hacer turismo. Hay mil maneras para viajar siendo una persona mayor, y todas son igual de válidas. Tan sólo tendrán que escoger la opción que más se adapta a ellos, y no ser ellos quienes se tengan que adaptar al viaje.
La jubilación cierra las puertas laborales, pero puede abrir una ventana al mundo. Todo el tiempo que se dedicaba al trabajo ahora queda libre para lo que a uno le apetezca. Aunque, en estos tiempos de crisis, muchas personas mayores tienen que dedicar sus pensiones a ayudar económicamente a sus hijos o sus nietos, pero muchas otras se encuentran en una buena disposición para viajar. Si tienen una pensión más o menos aceptable, la residencia ya está pagada y si no tienen hijos a su cargo, están en una excelente situación para hacer las maletas y ver mundo.
Son muchos los beneficios que se reciben al viajar. Un simple resumen de ellos es el siguiente:
Conoceremos algo nuevo cada día
Mejoraremos nuestra salud física y emocional
Socializaremos con otras personas
Romperemos con la rutina, reduciendo síntomas nerviosos
Ganaremos agilidad mental, ya que tenemos que hacer frente a pequeños retos como son el cambio de ciudad, moneda o transporte
Aliviaremos la circulación si vamos a una zona junto al mar
Respiraremos aire limpio si viajamos a la naturaleza
Mejoraremos nuestra salud física, ya que nos obligamos a pasear para ver esos rincones maravillosos que tiene el mundo
Los mayores de hoy en día son bastante diferentes a los de hace veinte o treinta años. Forman un grupo heterogéneo, no todos tienen los mismos intereses, pero, en general, han viajado mucho más que los jubilados de hace unas décadas. Tienen un mejor nivel cultural y le han cogido el gusto a hacer turismo porque durante su vida laboral hay algunos que ya han tenido posibilidades de viajar. Ya no viajan únicamente al país de origen para ver a la familia.
Muchas de las personas que tienen 65 años o más han cruzado el charco, han recorrido buena parte de Europa, han realizado safaris por África. Es cierto que la edad no perdona y que ya no disfrutan de la misma forma física y el ímpetu que hace veinte años, pero el deseo de viajar no envejece.
“Los adultos mayores quieren seguir haciendo turismo porque les gusta que su tiempo libre tenga un sentido especial” señala la psicóloga Inmaculada Armadans, profesora de Psicología Social de la Universidad de Barcelona. “Así que quieren destinos que les permitan disfrutar del arte y la historia. Quieren conocer sitios nuevos. Quieren disfrutar de la gastronomía de los lugares que visitan. En definitiva, aprovechar la vida al máximo. Son conscientes de que encaran la última etapa de su vida y desean aprovecharla. Además, al viajar se relacionan con otra gente. Y este es uno de los principales motivos para que los mayores hagan turismo. Una de sus opciones preferidas son los viajes organizados, porque, aparte de que lo tienen todo montado, les es más sencillo conocer a más personas. Asimismo, los que tienen amigos que hacen turismo viajan más, porque, de este modo, comparten experiencias”.
Actualmente, grupos de adultos mayores de habla hispana aprovechan las oportunidades de visitar países y regiones que en el pasado estaban reservadas a personas de altos ingresos. Hoy en día se dan facilidades no conocidas en el pasado. Por otra parte, nuestros séniors demuestran capacidad de organización cubriendo todas las áreas que conciernen a los viajes, las que incluyen seguros de viajes y otros detalles pertinentes a la actividad.
El viaje se convertirá en un tema de conversación y anécdotas que perdurarán por largo tiempo. Solo nos resta desearles un “Bon Voyage”.